El poderoso productor de Hollywood está acusado de tres delitos sexuales, entre ellos el de violación y abuso sexual de dos mujeres
25 de mayo de 2018 – Nueva York – Agencias.
Las víctimas de Harvey Weinstein necesitaban ver la imagen de su agresor esposado. Ya la tienen, después de que el superproductor de cine fuera acusado en Nueva York de violar a una mujer y de forzar a otra a practicarle sexo oral. Se inicia así el primer proceso criminal en Estados Unidos contra la que fuera una de las figuras más poderosas de Hollywood, siete meses después de que empezara la cascada de denuncias que dieron vida al movimiento #MeToo. Es solo el primer día de lo que se prevé un largo proceso.
El cineasta llegó a Nueva York en un vuelo privado la noche del jueves. Pasadas las siete de la mañana, hora local, se entregó en la comisaria de Tribeca, el barrio donde fue el rey. Cruzó la nube de fotógrafos que le esperaba con tres grandes libros bajo el brazo, esta vez sin alfombra roja desplegada a su pies. Uno era la biografía del controvertido cineasta Elia Kazan, de Richard Schickel. Kazan delató a varios compañeros comunistas al macartismo. Otro de los títulos era Something wonderful, de Todd Purdum.
Hora y media después de completar su ficha policial, abandonó la comisaría esposado y sonriente para declarar ante el juez Kevin McGrath en la corte penal en Manhattan. El magistrado lo dejó en libertad tras imponerle 10 millones de dólares de fianza (8,5 millones de euros), de los que un millón los pagó en efectivo. La cifra es mucho más alta de los dos millones que, se especulaba, había pactado con el fiscal Cyrus Vance. Además ha tenido que entregar su pasaporte y llevará un brazalete electrónico. Sus movimientos estarán limitados.
El Departamento de Policía de Nueva York emitió una breve nota pasada una hora del arresto en la que explicaba que Weinstein está procesado y acusado por varios delitos sexuales castigados penalmente, entre ellos el de violación y abuso sexual en relación con dos mujeres. También agradece el coraje de las víctimas del productor “que dieron el paso al frente buscando justicia”.
Weinstein está acusado de violación en primer y tercer grado en el caso de una mujer que data de 2013. La víctima no ha sido identificada. El tercer cargo es por agresión sexual en primer grado, en relación con la denuncia de la actriz Lucia Evans, a la que el productor le forzó a practicar sexo oral en 2004. Se conocieron una noche en un club Cipriani y le contó que trataba de abrirse camino en la industria. El empresario le invitó a que le visitara en las oficinas de los estudios Miramax en Tribeca, donde se produjo el asalto.
Ante el juez, Weinstein mostró un semblante mucho más serio. El magistrado le dejó claro que no puede viajar fuera de Nueva York y de Connecticut sin permiso. El asistente del fiscal, Joan Illuzzi, aprovechó la audiencia para pedir que se emitiera una orden de protección de la víctima que no ha sido identificada aún. Al presentar los cargos, señaló que “usó su posición, dinero y poder como cebo para llevarlas a una situación que le permitió violarlas sexualmente”.
Benjamin Brafman, abogado del productor, adelantó tras la vista que su cliente se declarará “no culpable”. “Actuaremos rápido para que se desestimen los cargos”, asegura el letrado. Considera que las evidencias presentas no se sustentan en un juicio y violan sus derechos. “Este caso se resolverá favorablemente para Harvey Weinstein si llega a juicio y asumiendo que el jurado no está contaminado por el movimiento #MeToo”, aseguró, “la mala conducta en la industria no se juzga en este caso”.
Más de 70 mujeres dieron un paso al frente desde el pasado mes de octubre contra el productor de Hollywood, al que acusaron de acoso, asalto sexual y violación. La conducta abusiva de Weinstein no era un secreto en la industria, que optó por el silencio. Bajo esa protección, el empresario utilizó su poder, fortuna e influencias para amenazar a sus víctimas, bajo el riesgo de arruinar sus carreras si le denunciaban públicamente. Todos los casos siguen un patrón de actuación similar.
La policía de Nueva York y el fiscal del distrito de Manhattan llevan investigando las alegaciones contra Harvey Weinstein desde hace siete meses. Los cargos hechos públicos este viernes fueron presentados previamente ante un gran jurado, que durante las últimas semanas estuvo analizando las evidencias y los testimonios de las mujeres que fueron víctimas del ahora acusado. Cyrus Vance también investiga las acusaciones presentadas por la actriz Paz de la Huerta, que declaró públicamente haber sido violada en dos ocasiones en 2010.
Las autoridades judiciales en Nueva York están investigando en paralelo si Harvey Weinstein cometió algún delito de tipo financiero al pagar por el silencio de sus víctimas. También están examinando hasta qué punto utilizó a los directivos y empleados de los estudios Miramax y The Weinstein Company para identificar a sus potenciales víctimas, preparar las citas en las que se iba a producir el asalto sexual y tratar después de desacreditar sus denuncias.
Entre las actrices que acusaron públicamente a Harvey Weinstein se encuentran Gwyneth Paltrow, Salma Hayek. Ashley Judd, Lupita Nyong´o y Angelina Jolie. La fiscalía de Manhattan examinó hace tres años la denuncia también de la modelo italiana Ambra Battilana Gutiérrez, pero el fiscal decidió archivarla por falta de evidencias que pudieran sostenerse ante un jurado.
Hay expedientes también en Los Ángeles por las denuncias de cinco mujeres, y en Londres, donde se investigan una decena de casos. Se desconoce su identidad.
El fiscal Vance se vio sometido a una fuerte presión pública para avanzar en la investigación penal. Las activistas de los movimientos #MeToo y Time’s Up acusaron al demócrata de estar dando un trato más favorable a Weinstein que a sus víctimas. El gobernador Andrew Cuomo pidió en paralelo en marzo que se investigara si actuó de manera correcta al archivar el caso de Battilana. Durante las últimas semanas reiteró que su causa no se basa en consideraciones políticas.
“Durante años perdimos la esperanza”, comentó Rose McGowan, una de las primeras víctimas que acusó públicamente a Harvey Weinstein, “ahora estamos un paso más cerca de que se haga justicia”. “Éramos mujeres jóvenes que fuimos asaltadas por Weinstein y aterrorizadas después por su vasta red de cómplices”, afirma en una declaración. “Está dando el primer paso en su inevitable descenso al infierno”, añadió la actriz Asia Aregento.
El proceso penal contra Weinstein, productor de películas como Pulp Fiction, Gangs of New York o Shakespeare in Love, está solo en su fase inicial. El productor, que llegó a ser una de las figuras más poderosas de Hollywood, tuvo que vender sus tres masiones, incluida la residencia en el West Village, para poder hacer frente a la batalla legal. Su abogado confirmó ya en marzo que su cliente estaba en un centro de rehabilitación en Arizona, para tratar su adicción al sexo.
El hecho de que se entregue, señala Tarana Burke, creadora del movimiento #MeToo, permitirá que la conversación iniciada en octubre “pase de la opinión pública a los tribunales”. Harvey Weinstein fue despedido de los estudios que fundó con su hermano, que hace dos meses se declaró en bancarrota por las dificultades financieras, y expulsado de la Academia de Cine.
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