16 de octubre de 2017 – EFE.
La llegada de la tormenta Ofelia a la República Irlanda ha paralizado los servicios públicos en el país y ha provocado tres muertos en accidentes relacionados con los fuertes vientos.
La policía irlandesa (Garda) confirmó la muerte esta tarde de un hombre en Dundalk (noreste de Irlanda) a causa de un árbol que golpeó su vehículo y de otro en County Tipperary (sur) en un accidente con una motosierra cuando trataba de retirar un árbol caído.
Esta mañana, una mujer falleció asimismo en Waterford (sureste), también en un siniestro de circulación relacionado con las rachas de viento de hasta 156 kilómetros por hora que se han registrado en el país.
El Servicio Nacional de Meteorología irlandés (Met Éireann) alertó ayer de que los efectos de Ofelia podrían ser tan devastadores como los que provocó en 1961 el huracán Debbie, que causó 18 muertos en Irlanda.
Cerca de 360.000 hogares y negocios permanecen sin luz en el país tras el paso de la tormenta, que ha arrancado árboles y postes eléctricos tanto en la República de Irlanda como en Irlanda del Norte, la región británica al norte de la isla.
La compañía energética estatal ESB ha alertado a los ciudadanos de que acercarse a instalaciones eléctricas dañadas es “extremadamente peligroso” y ha avanzado que restablecer la luz a todos los afectados llevará varios días.
Las escuelas y universidades permanecieron hoy cerradas, mientras que numerosos procedimientos judiciales y citas médicas no urgentes fueron cancelados de antemano en previsión de los efectos de la tormenta.
A partir de las 12.00 GMT, todos los edificios gubernamentales que no prestan servicios esenciales quedaron cerrados en Irlanda, mientras que el sistema de Justicia en Irlanda del Norte optó por suspender todas las audiencias programadas para esta tarde.
Las condiciones atmosféricas obligaron a cancelar cerca de 130 vuelos en el aeropuerto de Dublín, mientras que el aeródromo de Belfast afirmó que la tormenta ha tenido un “impacto” en los vuelos de las compañías Ryanair e easyJet, que han cancelado diversos trayectos.
Unos veinte vuelos se quedaron en tierra en el aeropuerto de Manchester (norte de Inglaterra), mientras que se cancelaron todos los vuelos en el aeródromo de la Isla de Man, entre Irlanda y Gran Bretaña.