La violencia en Sinaloa causa pérdidas superiores a 900 millones de dólares a empresas en México

9 de diciembre de 2024 – Ciudad de México – EFE.

En los últimos dos meses, al menos 108 empresas han cerrado en Sinaloa debido a la creciente violencia relacionada con el narcotráfico. Según la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), las pérdidas económicas superan los 18,000 millones de pesos, alrededor de 900 millones de dólares. La violencia ha afectado principalmente a Culiacán, la capital del estado, donde 85 empresas han cerrado, y a Mazatlán, una popular zona turística, con 23 cierres adicionales.

El presidente saliente de la Coparmex, José Medina Mora, explicó que la situación es aún más grave, ya que muchas pequeñas y microempresas no han reportado oficialmente su cierre. El presidente entrante de la organización, Juan José Sierra, quien asumirá el cargo en enero de 2025, destacó que las cifras actuales podrían aumentar. Además, el impacto económico incluye la pérdida de al menos 25,000 empleos, tanto formales como informales.

Sierra también calificó la inseguridad en México como una “regresión en el desarrollo social”. Subrayó que la falta de paz y tranquilidad está afectando el libre tránsito de las personas, particularmente en Culiacán y otras zonas de Sinaloa, lo que dificulta la vida diaria y el trabajo. Los líderes empresariales expresaron su preocupación por las alarmantes escenas que ocurren en el estado, como los disparos cerca de las escuelas, que incluso obligan a los niños a realizar simulacros ante posibles tiroteos.

Medina Mora, por su parte, destacó que la Coparmex hace un llamado urgente a las autoridades para implementar medidas que ayuden a mitigar esta crisis. Las principales demandas incluyen la creación de programas de financiamiento para micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), el aplazamiento de obligaciones fiscales y un refuerzo de la seguridad pública.

Según Medina Mora, los empresarios no buscan ayudas gratuitas, sino apoyo para mantener sus empresas a flote. Específicamente, piden financiamiento para las Mipymes y la posibilidad de aplazar algunos pagos, con el fin de priorizar el pago de salarios a los trabajadores sin que se condonen las deudas, sino que se otorguen plazos adecuados para cumplir con ellos.

Ambos líderes empresariales coincidieron en la importancia de un diálogo abierto y constructivo entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil para enfrentar los retos que enfrenta Sinaloa. En este sentido, señalaron que la colaboración es esencial para superar esta crisis.

Sinaloa ha registrado un alarmante aumento de homicidios, posicionándose como el segundo estado más violento de México, con 351 homicidios en los primeros dos meses del gobierno de Claudia Sheinbaum, quien asumió la presidencia en octubre. La violencia en la región está directamente vinculada a la pugna interna dentro del Cártel de Sinaloa.

La disputa entre las facciones del cártel comenzó el 9 de septiembre, después del arresto en Estados Unidos de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Este evento desencadenó una fractura entre las células de “Los Chapitos” y “Los Mayos”, lo que intensificó la violencia en la región.

La creciente violencia no solo ha afectado a las empresas, sino que también ha tenido un impacto negativo en la calidad de vida de los ciudadanos. Las constantes balaceras y la inseguridad generalizada están creando un ambiente de temor, afectando el normal desarrollo de las actividades cotidianas y la estabilidad social en Sinaloa.

El cierre de empresas y la pérdida de empleos agravan la situación económica en la región. Esto también tiene repercusiones en la capacidad de la población para acceder a servicios básicos y en el bienestar de las familias que dependen de estos trabajos.

El gobierno local y federal aún no han logrado implementar medidas efectivas para reducir la violencia y restaurar la estabilidad en el estado. La falta de una respuesta contundente a la crisis está generando un ambiente de desesperación entre los empresarios y la ciudadanía en general.

La situación en Sinaloa es un claro ejemplo de los efectos devastadores que la violencia relacionada con el narcotráfico tiene sobre las comunidades y la economía. Los empresarios piden soluciones rápidas y efectivas, pero la violencia continúa escalando, mientras que el futuro del estado sigue siendo incierto.