Los nominados a fiscal general y director de la CIA aseguran no politizar agencias

15 de enero de 2025 – Washington – EFE.

Los nominados por el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, para dirigir el Departamento de Justicia y la CIA aseguraron este miércoles que no politizarían sus funciones, una preocupación planteada por los legisladores durante sus audiencias de nominación. Las elecciones para estos cargos generaron críticas, especialmente por parte de la oposición, que acusó a Trump de priorizar la lealtad a su figura sobre las calificaciones profesionales.

Pam Bondi, quien fue elegida por Trump para fiscal general, subrayó en su audiencia su compromiso con la defensa de la Constitución y con garantizar que el Departamento de Justicia opere de forma independiente, sin influencias políticas, incluyendo las del Ejecutivo. Los senadores la interrogaron sobre su disposición a resistir órdenes inapropiadas del presidente, investigar de acuerdo con los hechos y la ley, y evitar la politización de su cargo.

Bondi, quien fue fiscal de Florida, también prometió hacer cumplir las leyes para asegurar la frontera sur, enfrentando problemas como el tráfico de fentanilo, la violencia de pandillas y otros delitos relacionados con las políticas fronterizas. Además, aseguró al comité que acabaría con la politización del Departamento de Justicia, restauraría la confianza pública y expulsaría a aquellos que actuaran de manera inapropiada dentro del organismo.

Durante las audiencias, los senadores formularon preguntas sobre temas sensibles, como su postura sobre los indultos a los participantes del asalto al Capitolio el 6 de enero, así como las declaraciones de otros nominados, como Kash Patel, quien estaba previsto para liderar el FBI. Bondi evitó responder de manera definitiva a escenarios hipotéticos, pero reiteró su compromiso con la justicia y el cumplimiento de la ley.

En respuesta a una pregunta sobre la posibilidad de que Trump se postule nuevamente para la presidencia en 2028, Bondi afirmó que no podría hacerlo a menos que la Constitución cambiara. Esta respuesta fue una de las pocas intervenciones claras en las audiencias, donde se abordaron temas delicados pero sin comprometerse a posturas definitivas.

Por otro lado, John Ratcliffe, el excongresista nominado para dirigir la CIA, destacó que Estados Unidos enfrenta el entorno de seguridad nacional más desafiante de su historia. Aseguró que no permitiría que los intereses partidistas influyeran en su trabajo y subrayó la importancia de que el director de la CIA sea apolítico para garantizar su efectividad y credibilidad.

Ratcliffe enfatizó que la misión de la CIA es proteger los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, sin que las tensiones políticas internas interfieran en las decisiones críticas que deben tomarse. Su compromiso de mantener la agencia alejada de la politización fue un punto clave de su declaración, en la que también expresó su dedicación a garantizar la seguridad del país frente a amenazas globales.

Las audiencias de confirmación estuvieron marcadas por preguntas detalladas de los senadores, que buscaron asegurar que los nominados sean capaces de actuar con imparcialidad y eficiencia. La atención se centró especialmente en evitar cualquier forma de interferencia política que pudiera socavar la integridad de las agencias gubernamentales clave.

Ambos nominados, Bondi y Ratcliffe, se comprometieron a actuar con independencia y a mantener la transparencia en sus respectivas agencias. A pesar de las críticas y preocupaciones previas, ambos intentaron disipar las dudas sobre su capacidad para gestionar los desafíos sin ceder a presiones externas.

Las audiencias de confirmación también reflejaron la polarización política en EE.UU., con un enfoque en la necesidad de asegurar que las funciones gubernamentales no se vean comprometidas por consideraciones partidistas. En este contexto, la promesa de ambos nominados de no politizar sus agencias fue clave para obtener el apoyo de los legisladores.

Con las audiencias concluidas, ahora corresponde a los senadores tomar una decisión sobre si aprobar o no a los nominados. La confirmación de estos cargos es crucial para el éxito del próximo gobierno de Trump y para garantizar la estabilidad en las agencias que juegan un papel fundamental en la seguridad y justicia del país.