La muerte de Andrés Guardado sigue bajo investigación al mismo tiempo que ha impulsado una nueva ola de protestas por justicia en el sur de L.A.
22 de junio de 2020 – EFE.
Las calles de Los Ángeles siguen siendo el escenario de protestas en contra del abuso policial, pero esta vez estuvieron motivadas por la muerte de un joven hispano que recibió varios impactos de bala en manos de oficiales del Departamento del Sheriff de Los Ángeles (LASD).
El rechazo nacional por el uso excesivo de fuerza tomó un nuevo impulso en L.A. tras el incidente que cobró la vida de Andrés Guardado el pasado 18 de junio. Guardado fue abatido a disparos en las inmediaciones del comercio en el que trabajaba.
El joven, de 18 años y de raíces salvadoreñas, trabajaba como guardia de seguridad en una taller de mecánica en Gardena, una ciudad en el sur de L.A., en la cual se llevó a cabo una manifestación el pasado domingo.
Los manifestantes fueron hasta la estación de Compton del Departamento del Sheriff de Los Ángeles, de la cual forman parte los oficiales involucrados en la muerte de Guardado.
Algunos líderes locales están solicitando que se realice una investigación estatal sobre las acciones de los agentes del LASD, que derivaron en la muerte del joven.
Las congresistas Nanette Díaz Barragán y Maxine Waters emitieron una declaración conjunta pidiendo al fiscal general de California, Xavier Becerra, que realice una investigación completa sobre el tiroteo.
“Andrés Guardado es el último joven de color asesinado por disparos de la policía. Le dispararon por la espalda. Los agentes involucrados no usaban cámaras corporales“, se lee en el comunicado de las legisladoras federales.
La familia de Guardado, inmigrantes de El Salvador, también exigen una investigación independiente y sostienen que el arma recuperada en el lugar del tiroteo no pertenecía al joven, según reportó la agencia Efe.