Regresan a México después de un siglo los restos cremados de Clara Krause, esposa de Felipe Ángeles

27 de junio de 2024 – Nueva York – EFE.

Los restos cremados de Clara Krause, la esposa de Felipe Ángeles, uno de los héroes populares de la revolución mexicana, inician hoy su viaje hacia México para reunirse con su amado 105 años después del fallecimiento de ambos.

La emblemática Catedral católica de San Patrick de Nueva York acogió este jueves a varios descendientes de la mexicana y representantes del Consulado de su país en una ceremonia en la que se rememoró el legado de Krause, una figura desconocida para muchos pero que tuvo un profundo impacto en el militar.

Felipe Ángeles (1868-1919) defendió el gobierno de Francisco I. Madero en 1913, durante el levantamiento de un grupo de disidentes encabezado por el general Victoriano Huerta -quien luego se convertiría en presidente-, y fue ejecutado en 1919 por unirse a las fuerzas revolucionarias en contra del golpista.

Mientras su esposo combatía en la revolución mexicana, Clara Krause (1876-1919), que se había trasladado a Nueva York para proteger a sus hijos, lamentaba la incertidumbre sobre el destino de su marido.

Su sufrimiento fue tal que cuatro días después de la muerte del artillero Krause falleció debido a un infarto provocado por una crisis nerviosa.

Una emotiva ceremonia llena de simbolismo

Con las cenizas de Krause en la mano, el Padre Alejandro Sánchez, también de origen mexicano, entró a la imponente iglesia seguido por el cónsul Jorge Islas y los familiares de la difunta, mientras en las paredes de la vasta capilla resonaba una conmovedora ópera interpretada en vivo.

“Felipe pereció por sus ideales, y no muy lejos, algunos días después, su esposa Clara también encontró la muerte. Fue una muerte natural que los une en una vida más plena”, indicó el Padre en español, rodeado de los coloridos vitrales de la catedral y bajo la imagen de la Virgen María.

A pesar de que los organizadores habían planificado una ceremonia íntima, solo pudieron acotar un espacio dentro de la inmensa catedral, rodeados por decenas de turistas que visitaban la iglesia y observaban con curiosidad la escena.

Aunque hoy en día la figura de Clara es desconocida para la mayoría, su fallecimiento tuvo eco en los medios más destacados de la época, como el New York Times, que atribuyó su muerte a “el agotamiento nervioso causado por la preocupación por el General, una de las figuras más notables de México”.

Krause había sido olvidada incluso por sus descendientes, como su bisnieta María Eugenia: “En la universidad leí muchos libros sobre México, la revolución y el héroe Felipe Ángeles, pero nada sobre Clara”, recordó la mujer, nacida en EE.UU. y que se expresó en inglés durante la misa.

Por su parte, el Padre aseguró que no se puede mencionar a Felipe Ángeles sin recordar a Krause: “Sería injusto decir que sus ideales eran solo de él y no también de su esposa Clara”.

El evento también estuvo cargado de simbolismo porque, según las palabras de Jorge Islas, representa la unión entre el país latino y Estados Unidos, pues entre los descendientes de la difunta hay tanto mexicanos como estadounidenses.

“La familia Ángeles fue pionera de lo que luego se convertiría con el tiempo en una relación bicultural entre México y EE.UU., una hermandad como sociedades que, por diversas circunstancias, hoy nos mantiene unidos”, enfatizó.

La ceremonia concluyó con una procesión liderada por el cónsul, quien portaba las cenizas, seguida por el Padre y los familiares de Krause, mientras unos mariachis entonaban la conmovedora canción “México lindo y querido”, honrando el legado de la mexicana y celebrando su repatriación ante la mirada de los turistas.