Defensa destinará a los militares a puertos o aeropuertos para el caso de que el país no alcance un acuerdo sobre su salida con la UE
18 de diciembre de 2018 – Londres – Agencias.
El Ministerio británico de Defensa anunció este martes que pondrá a 3.500 soldados “en alerta” por si deben asistir a otros departamentos del Gobierno, por ejemplo en puertos o aeropuertos, en caso de un Brexit sin acuerdo. La medida forma parte de los preparativos que ha empezado a estudiar el Gobierno de Theresa May ante la posibilidad, cada día más cercana, de que se produzca una salida brusca de la Unión justo dentro de 101 días.
En una intervención en la Cámara de los Comunes, el ministro de Defensa, Gavin Williamson, precisó que la movilización prevista incluirá militares “regulares y de reserva”, listos para colaborar en las tareas que se les asignen. Williamson añadió que aún no se había recibido ninguna “petición formal” para utilizar esas fuerzas.
El Gobierno conservador decidió este martes en su reunión semanal “dar prioridad operativa” a los preparativos para una posible salida brusca de la Unión Europea a las 12 de la medianoche del 30 de marzo de 2019 (11 de la noche del 29 de marzo de 2019 en Reino Unido), aunque insistió en que la intención del Ejecutivo sigue siendo dejar el bloque de manera negociada. Williamson reveló los “planes de contingencia” al ser preguntado si algún otro Ministerio había solicitado la ayuda de “las Fuerzas Armadas de primera clase” de Reino Unido para el caso de un Brexit duro.
El ministro contestó que, aunque no había recibido “de momento” peticiones de apoyo, ha dispuesto que ese contingente de soldados esté disponible para colaborar en cualquier escenario de crisis, como podrían ser largas filas en las fronteras.
En el consejo de ministros semanal, el Ejecutivo conservador analizó las medidas que se tomarán para preparar una posible, aunque no deseada, salida de la UE sin acuerdo de retirada o para la futura relación comercial. Entre otras medidas, el Ministerio de Economía prevé distribuir 2.000 millones de libras (unos 2.200 millones de euros) adicionales entre distintos Ministerios y enviar correos a las empresas con instrucciones para que estén preparadas.
El ministro para el Brexit, Stephen Barclay, precisó que el “ritmo” de publicación de estas recomendaciones a las empresas irá en aumento. El Gobierno ya ha venido publicando en los últimos meses decenas de notas técnicas que previenen de algunas consecuencias de un Brexit duro, como el aumento de las tarifas telefónicas, las comisiones bancarias, posible escasez de medicamentos o descoordinación en los transportes. Según Downing Street, unas 80.000 empresas especialmente afectadas por una salida sin acuerdo recibirán un correo electrónico en los próximos días. Además se publicará una guía informativa de más de 100 páginas.
Guerra psicológica
El portavoz del Partido Liberal Demócrata, Vince Cable, acusó al Ejecutivo de querer asustar a la sociedad británica con “una guerra psicológica”, mientras que el Partido Laborista sopesa si presenta una moción de censura contra la Administración conservadora.
Al menos 11 de los ministros de May, según The Times, contemplan la posibilidad de un Brexit sin acuerdo como una opción realista más que como un intento de reforzar la posición negociadora de Reino Unido frente a Bruselas. El Ejecutivo está dividido entre aquellos que piensan que ya no merece la pena seguir impulsando el acuerdo, que no tiene visos de ser respaldado en el Parlamento, y los que defienden cualquier opción, nuevo referéndum incluido, antes que una salida abrupta de las instituciones comunitarias.
“La responsabilidad de los ministros es la de no ir soltando por ahí unicornios, sino más bien aniquilarlos”, dijo David Gauke, el titular de Justicia. La ministra de Trabajo y Pensiones, Amber Rudd, que ha reclamado públicamente que se permita al Parlamento votar todas las opciones posibles, también rechazaba el escenario caótico de un Brexit sin acuerdo. “Por el hecho de llevar un cinturón de seguridad no es necesario estrellar el coche”, dijo, en referencia a los preparativos impulsados por el Gobierno para la posibilidad de que el 29 de marzo de 2019 Reino Unido abandone la UE a las bravas.
May se ha comprometido a someter a votación parlamentaria la semana del 14 de enero el pacto para el Brexit negociado con la UE, tras haber suspendido la prevista para el 11 de diciembre, pero no está claro que consiga recabar los apoyos necesarios para que sea aprobado, lo que haría más probable una salida drástica de la Unión.