Trump permite nuevamente perforación de petróleo y gas en 625 millones de acres federales

14 de febrero de 2025 – Washington – EFE.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, reautorizó la perforación de petróleo y gas en 625 millones de acres federales que habían sido vetados por su predecesor, Joe Biden. Esta medida revierte las restricciones impuestas por la administración anterior, las cuales fueron consideradas por Trump como “terribles” durante una declaración en la Casa Blanca.

El secretario de Interior, Doug Burgum, expresó que estas tierras no debían ser controladas por los burócratas de la administración de Biden. Aseguró que el gobierno de Trump trabajaría para asegurar que el pueblo estadounidense se beneficiara económicamente de estos recursos.

En enero, cuando Biden aún estaba en funciones, firmó dos memorandos que prohibían la perforación de petróleo y gas en ciertas áreas, como los océanos Atlántico y Pacífico, el mar de Bering y el golfo de México. Trump, entonces presidente electo, había anticipado que revertiría estas prohibiciones.

La medida de Biden afectó unas 625 millones de acres, y Trump ya había anunciado su intención de eliminar esas restricciones. Ahora, como presidente, ha cumplido su promesa de reautorizar la perforación en estas vastas áreas federales.

Este anuncio coincidió con la firma de una nueva orden ejecutiva de Trump, que resalta los recursos naturales de Estados Unidos y su liderazgo en tecnologías energéticas. El presidente destacó la importancia de estos recursos para la prosperidad económica y la seguridad nacional del país.

La orden ejecutiva también estableció la creación de un Consejo Nacional de Dominio Energético, dirigido por Doug Burgum. Este consejo se encargará de asesorar al presidente sobre cómo utilizar mejor los recursos energéticos del país para asegurar su dominio en el sector.

Una de las tareas del consejo será recomendar mejoras en los procesos relacionados con la producción, autorización y exportación de energía en Estados Unidos. También se enfocará en minerales críticos y en mejorar la cooperación entre el sector privado y el gobierno federal.

El objetivo final de esta estrategia es garantizar que Estados Unidos produzca más energía, fomente las inversiones privadas y siga liderando en el campo energético, beneficiando tanto al país como a sus aliados internacionales.