10 de febrero de 2022 – por: el director.
El mundo que nos rodea nos da ejemplos de cómo se relacionan todos los seres que lo habitan y si algún día no muy lejano, escudriñando en el universo, hallamos vida, seguramente vamos a encontrar esa misma equivalencia entre las relaciones entre los seres que lo habiten.
Todos los humanos necesitamos de relacionarnos, va en nuestra herencia genética, cada uno de nosotros necesitamos convivir con alguien, eso esta grabado en nuestras células, en nuestros cromosomas, somos como cualquier ser vivo igual en ese aspecto.
Por eso es tan importante poder mantener viva la llama que en algún momento de nuestra vida se encendió cuando encontramos nuestra pareja. Esos momentos mágicos que nos hicieron no tener otro pensamiento más que en nuestro ser amado, no debe en ningún momento dejarse apagar, ni siquiera disminuir; por el contrario, aumentar a otros niveles con el paso del tiempo.
Cada etapa en la vida de esa relación tiene su encanto y cada una de ellas llena nuestro momento a medida que vamos recorriendo el camino de nuestra existencia, a medida que vamos caminando por el sendero del tiempo…
En los inicios de esa relación, cada uno nosotros dábamos lo mejor si para alagar a nuestra enamorada o enamorado y soñamos con los momentos en que pudiéramos formar un hogar, juntos miramos el horizonte pensando en lo que pudiera ser nuestra relación y nos sumergimos en la posibilidad de verla madurar a través de los años.
Lo más importante en el mundo de una pareja es tener sueños, poder imaginar juntos los momentos donde se realicen y se conviertan en realidad, he aprendido que lo que soñamos si lo deseamos fuertemente y trabajamos sin desfallecer, se cumplen, porque somos dos los que buscamos las mismas metas y eso hace que se conviertan en realidad, son dos mentes que se unen en la consecución de un mismo sueño, y así, con esa fuerza dentro de poco lo vemos convertido en realidad.
Pero en muchas parejas esa magia que los hizo enamorarse, ese sentimiento que los volvía uno solo, se fue extinguiendo poco a poco, hasta casi desaparecer y ya no se pueden soportar, vivir juntos se convirtió en una pesadilla y al final, cada cual toma su rumbo. Desafortunadamente cuando hay hijos, son ellos los que también sufren del desamor de sus padres.
La relación de pareja es un sentimiento que debe cultivarse a diario, sin olvidar los detalles que nos proporcionaron tanta dicha en esos primeros momentos, repetir esos instantes de felicidad cuando se encontraban en cualquier lugar y brillaban los ojos, solo con el fulgor que tienen los enamorados, es la mejor manera de hacer crecer nuestro sentimientos, un espacio donde solo existamos los dos y la conversación solo hable de nosotros, sin temas de trabajo, ni siquiera de hijos o padres, solo hablar de los dos, eso ayuda a que nuestra llama no se extinga, sin reclamos, con vos sutil, mirándonos como cuando nos enamoramos, hacer eso frecuentemente es un gran aliciente para nuestra relación y no olvides jamás los detalles que nos hacían sonreír y con un beso sincero era la forma de decir gracias, como te quiero.
En esos momentos, si lo recuerdas bien, ibas con algún presente, vestías sin tacha y tu fragancia envolvía sutilmente vuestro entorno, tu cabello y tu arreglo siempre en especial forma era la manera de impresionar a nuestro ser amado, nunca debes olvidar ese sencillo detalle del arreglo personal, sin embargo, en algunas parejas ese toque mágico que los hizo enamorarse se fue diluyendo con el pasar de los años, para algunos con el transcurrir de los meses.
Debemos retornar a esos primeros momentos, volver hacer los que fuimos en los instantes en que lo eran todo el uno para el otro, no es tan difícil encender y avivar la llama que los enamoró, la relación de pareja tiene etapas en la vida y cada una es hermosa y vale la pena vivirla intensamente, así sea, cuando se es joven y la pasión marca nuestras vidas, como cuando se es adulto y los sueños son el aliciente para vivir en pareja luchando por conseguir esas metas, o esa etapa maravillosa cuando los hijos forman la parte más importante de nuestras vidas y verlos crecer con nuestro mejor ejemplo para que las suyas sean plenas de felicidad, o como cuando nuevamente solos, oteamos el horizonte de nuestro atardecer y comprendemos que en esta etapa de la vida, si tienes la fortuna de tener tu pareja al lado, comprenderás que nunca antes habías sentido la felicidad inmensa de tenerse el uno al otro; esa etapa cuando los hijos se han ido, cuando solo vienen de vez en cuando; solo nuestras miradas y las palabras del alma hablan con el lenguaje sin palabras de quienes han vivido juntos toda una existencia y ahora, en sus años dorados, viven intensamente avivando con cada momento la llama del amor que siempre los ha unido.
Felicidades en el día del amor, recuerda: es solo una fecha en el calendario, que debes aprender a perpetuarla en vuestra relación, mientras se tenga vida y sueños.
El director
Ing. Jairo Vargas
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