22 de octubre de 2024 – Ciudad de Panamá – EFE.
Un acuerdo entre Panamá y Estados Unidos, vigente desde julio, ha llevado a una notable reducción del tránsito de migrantes irregulares que cruzan el Tapón del Darién. Según la Embajada estadounidense en Panamá, el número de ecuatorianos que atraviesan esta selva ha disminuido en un 92 %, mientras que el de colombianos ha bajado un 65 %.
Este acuerdo, firmado el 1 de julio, permite la repatriación de migrantes irregulares que lleguen a Panamá tras cruzar la selva. Estados Unidos se encarga de financiar los vuelos de repatriación, cumpliendo con las leyes migratorias panameñas.
Desde el inicio de los vuelos de repatriación, la Embajada de EE. UU. ha observado una disminución significativa en el cruce de migrantes de ambas nacionalidades, comparando los datos con los meses de agosto y septiembre del año anterior.
Ecuatorianos y colombianos son algunas de las principales nacionalidades entre los migrantes que intentan llegar a Norteamérica a través de la jungla. Aunque en años recientes la mayoría de los migrantes han sido venezolanos, el acuerdo no se aplica a ellos debido a la ruptura de relaciones diplomáticas entre Panamá y Venezuela desde finales de julio.
Hasta el 13 de octubre, se registraron 274.444 migrantes irregulares que llegaron a Panamá por la selva, lo que representa una reducción del 36,5 % en comparación con el mismo periodo de 2023.
En total, 787 migrantes han sido deportados en 19 vuelos financiados por Estados Unidos, con un costo de 1.140.846 dólares. Estos vuelos se utilizan para deportar a quienes no tienen un estatus legal para permanecer en Panamá.
La financiación de EE. UU. cubre los gastos de pasaje de los deportados, así como los costos de escoltas y traductores. El primer vuelo de este programa se realizó el 20 de agosto, y el más reciente tuvo lugar el 19 de octubre.
Los migrantes deportados han sido procesados de acuerdo a las leyes panameñas y respetando acuerdos internacionales de protección a migrantes. Algunos de ellos tenían antecedentes penales significativos.
La embajadora de EE. UU. en Panamá, Mari Carmen Aponte, destacó que Panamá es un aliado cercano de Estados Unidos y fue el primer país en establecer este tipo de acuerdo. El objetivo es dejar claro que los migrantes irregulares pueden ser devueltos a sus países, a pesar de haber cruzado el peligroso Darién.
Finalmente, se enfatizó que la migración irregular beneficia al crimen organizado, que se aprovecha de la vulnerabilidad de las personas, sin considerar las vidas que se pierden en el camino. Panamá y Estados Unidos destinaron 6 millones de dólares para financiar este acuerdo, que busca abordar la crisis migratoria en la región.