14 de febrero de 2022 – Denver (CO) – EFE.
El nivel de contaminación del aire con “tóxicos eternos” en un barrio latino en el norte de Colorado supera en más de cien veces el nivel de contaminantes permitidos por leyes federales y estatales lo que supone un riesgo para sus residentes, según un informe difundido este lunes.
El reporte de la organización nacional Médicos por Responsabilidad Social (PSR) afirma que las operaciones de extracción de petróleo y de gas natural en el Condado Weld (con casi 22.000 pozos petroleros activos, la mayor cantidad en Colorado) ha causado durante los últimos 15 años una desmesurada acumulación de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, en inglés) en el aire de la zona.
Según información en el sitio oficial de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), los PFAS son sustancias “sumamente persistentes en el medio ambiente y en el cuerpo humano, es decir, que no se degradan y pueden acumularse con el paso del tiempo.”
De allí su calificación de “tóxicos o contaminantes eternos”.
Además, dice EPA, se trata de sustancias que pueden encontrarse en lugares de trabajo, productos de uso doméstico, el agua y los alimentos, e incluso dentro de seres vivos (por ejemplo, peces).
Aún peor, según Dusty Horwitt, consultor de PSR y uno de los autores del reporte, los PFAS “pueden ser tóxicos incluso en cantidades microscópicas”, causando “en cantidades minúsculas” cáncer, problemas durante el embarazo y “otros serios problemas de salud”.
En ese contexto, el barrio latino en Greeley (la principal ciudad del Condado Weld) resulta una de las zonas más afectadas debido a la presencia de 24 pozos petroleros en o cerca de los límites de ese vecindario, donde residen aproximadamente 42.000 hispanos.
“El análisis de datos estatales a partir de 2019 demuestra que los niveles de contaminantes en el aire, especialmente benceno, cerca de la escuela primaria (en el barrio hispano) son 113 veces superiores a los límites saludables, con mediciones aún más altas durante cuatro días del año escolar”, expresa el informe, agregando que “el benceno es una de las causas conocidas de leucemia”.
En su reporte, Horwitt explica que las PFAS comenzaron a ser usadas en 2008 por compañías petroleras y de gas natural en Colorado, es decir, ya pasó el tiempo suficiente como para que esos químicos hayan llegado a contaminar el agua y los alimentos producidos en la región.
Además, el consultor lamentó que las leyes actuales de Colorado no exigen que las petroleras den a conocer qué elementos químicos usan en sus operaciones de extracción de petróleo o de gas natural, ya que esa información se considera “secreto empresarial”.
Pero para evitar mayores problemas de salud y para proteger el medio ambiente, Colorado necesita “una reforma completa” de sus leyes y reglas de operaciones petroleras, incluyendo la cancelación de “las numerosas excepciones que le permiten a la industria del petróleo y del gas natural mantener un velo de secreto sobre su uso de peligrosos elementos químicos”.
Por su parte, tras la publicación del informe, la Comisión de Conservación de Petróleo y Gas de Colorado (COGCC) difundió un comunicado reconociendo “la publicación de PSR y los problemas que plantea con respecto a PFAS en Colorado.”
“La COGCC trabajará con sus socios estatales y federales con respecto a la comprensión y regulación de PFAS en relación con las operaciones de petróleo y gas. COGCC está analizando seriamente cómo este problema emergente puede relacionarse con las operaciones de petróleo y gas”, dice el comunicado.