El suceso ocurrió en una zona industrial en la localidad de Aurora. El presunto responsable, un extrabajador de la factoría, fue abatido
15 de febrero de 2019 – Washington – Agencias.
El guion se repite de tiempo en tiempo. Al principio la información es confusa: un tirador activo en una zona. Luego, surgen los primeros datos sobre varios heridos. Y, al poco, van apareciendo los cadáveres. Uno, dos, tres, cuatro… Esta tarde de viernes ocurrió en Aurora, una ciudad-suburbio a las afueras de Chicago. Al menos cinco personas murieron en un tiroteo en una fábrica, sin un móvil aún hecho público, y el mismo número de policías resultaron heridos. El suceso se suma a la larga ristra de muertes por armas de fuego en Estados Unidos, un día después del primer aniversario de la matanza en el instituto de Parkland (Florida).
También el agresor resultó fallecido, abatido por los agentes. Se trata de Gary Martin, un hombre de 45 años cuyos parientes, según los medios locales, informaron de que era un extrabajador de la planta. La jefa de la Policía de Aurora, Kristen Ziman señaló en rueda de prensa que recibieron la primera llamada por un tiroteo a las 13.24 (hora local) y en punto de las 14.00 comenzaron los primeros enfrentamientos con el agresor, según Efe.
La cifra de heridos no estaba clara el viernes por la noche, pero se presumía superior a los cinco confirmados en tanto que varios hospitales habían informado en total de al menos siete personas atendidas, entre ellas, los citados cinco agentes. “Gran trabajo de la Policía de Aurora, Illinois. Condolencias de todo corazón para todas las víctimas y sus familias. ¡América está con ustedes!”, escribió Donald Trump en su cuenta de Twitter.
Cada matanza reabre el debate sobre un mayor control de armas en EE UU, pero con poco recorrido. El tiroteo de tiene lugar el mismo día en el que el presidente ha declarado una emergencia nacional para poder usar fondos con los que construir un muro en la frontera con México, arguyendo una crisis de inmigración ilegal y entrada de drogas. El jueves por la tarde, cuando ya se conocían sus intenciones, la líder demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi, le retó a declarar una emergencia nacional por la epidemia de muertes por armas de fuego. Se acababa de cumplir un año de la masacre de adolescentes en Parkland.