El sospechoso, un varón en la treintena, ha sido abatido por la policía entre las localidades de Odessa y Midland, en el Estado donde este mismo mes sucedió la matanza de El Paso
2 de septiembre de 2019 – Washington – Agencias.
El número de muertos por el tiroteo este sábado por la tarde en Texas occidental, entre las localidades de Odessa y Midland, ascendió en la madrugada del domingo a siete, según ha confirmado la policía. Al menos otras 21 personas resultaron heridas. El atacante, un varón blanco de entre 30 y 40 años, fue abatido a tiros por la policía, en el aparcamiento de unos multicines.
Entre las víctimas hay al menos tres agentes de policía y, según ha confirmado un hospital a la CNN, también un bebé de 17 meses. Según la policía de Midland, el sospechoso habría huido cuando unos agentes de policía le dijeron que detuviera su vehículo, en la concurrida autopista que conecta las dos localidades. A continuación, habría robado un furgón de correos desde el que empezó a disparar de manera aleatoria con un rifle mientras conducía, antes de que la policía le matase en el aparcamiento de unos multicines. Después de cierta confusión inicial sobre si se trataba de uno o dos atacantes armados, el jefe de la policía de Odessa, Michael Gerke, aseguró que las autoridades creen que se trataba solo de uno.
Las localidades de Midland y Odessa están separadas por 32 kilómetros, y están a casi 500 kilómetros al oeste de Dallas. El Estado de Texas fue escenario de otro ataque masivo con armas de fuego este mismo mes, el día 3, también un sábado, cuando un hombre viajó desde los suburbios de Texas hasta El Paso y mató a 22 personas e hirió a 24, en una acción de motivación racista dirigida contra la población hispana, como el propio asesino, que fue detenido por la policía, confesó.
En esta ocasión no ha trascendido el móvil de pistolero, que ha fallecido, ni más información sobre la identidad de las víctimas.