27 de septiembre de 2017 – Agencias.
Las saudíes van a poder conducir. El rey Salmán ha emitido este martes un real decreto por el que se autoriza a las mujeres a obtener carnés de conducir en Arabia Saudí, según ha anunciado esta noche la agencia estatal de noticias, SPA. La medida, largamente demandada por las activistas, pone fin al anacronismo de que el Reino del Desierto fuera el único país del mundo que prohibía que sus mujeres se pusieran detrás de un volante. No obstante, su puesta en marcha no es inmediata. No habrá conductoras en las carreteras saudíes antes de junio de 2018.
“Realmente hemos trabajado para ello. Estoy muy contenta de que finalmente vayamos a poder conducir. Debería haber sido antes”, declara Eman al Nafjan, una de las saudíes que ha luchado por ese derecho. Al otro lado del teléfono su entusiasmo parece amortiguado por el peso del esfuerzo. Al Nafjan confía, no obstante, que no ha sido del todo una sorpresa. Con anterioridad al anuncio, las activistas habían recibido una indicación al respecto.
El fin de esa prohibición no escrita tiene un peso simbólico mucho más allá de la posibilidad de conducir. Al limitar la movilidad de las mujeres, y en consecuencia su acceso al trabajo, se había convertido en símbolo del resto de los obstáculos legales y sociales que les impide ser ciudadanas de pleno derecho.
De acuerdo con la orden, va a establecerse un comité interministerial de alto nivel para que prepare las recomendaciones oportunas en el plazo máximo de 30 días, y la legislación correspondiente deberá estar lista para junio de 2018. Representantes de los Ministerios de Interior, Economía, Trabajo y Desarrollo Social van a participar para abordar las necesidades que permitan la puesta en práctica de la norma de acuerdo con las sensibilidades locales.
Los sectores más conservadores se oponían a que las mujeres condujeran argumentando que eso las llevaría a mezclarse con hombres, algo que consideran impropio. En un caso que provocó las burlas de los propios saudíes, un clérigo llegó a afirmar que conducir “afecta a los ovarios y la pelvis”, y que “las mujeres que lo hacen con asiduidad dan a luz a niños con problemas”. El monarca menciona por ello el dictamen de los miembros del Consejo Superior de Ulemas según el cual no hay nada que impida que las mujeres conduzcan siempre que lo hagan en el marco de la ley islámica (Sharía) y con garantías legales.
Detrás de la decisión, se intuye la mano del príncipe heredero e hijo favorito del rey, Mohamed Bin Salmán, cuyos planes de modernización del país incluyen una mayor participación de las mujeres en la vida económica. Además, la prohibición ha pesado bastante en la mala imagen del reino en la opinión pública mundial.
El diario Saudi Gazette, el primero del reino en ser dirigido por una mujer, Sumayya Jabarti, ha calificado el real decreto de “histórico”. Activistas saudíes y grupos de derechos humanos han hecho campaña durante años en favor de que se permitiera conducir a las mujeres en el reino. Algunas de ellas incluso han ido a la cárcel y han sido multadas o perdido sus trabajos por desafiar la prohibición.
“Mujeres y hombres han estado demandándolo desde hace mucho tiempo en la calle, por escrito, en peticiones al monarca”, recuerda Al Nafjan.
La reclamación se remonta a 1990. El 7 de noviembre de aquel año, después de ver conduciendo a las soldados estadounidenses que formaban parte de las tropas desplegadas en Arabia Saudí para repeler la invasión iraquí de Kuwait, medio centenar de mujeres tomaron las calles de Riad al volante de sus coches familiares. Tras pasar 24 horas en comisaría, las autoridades les retiraron los pasaportes y algunas perdieron sus trabajos. Además sufrieron una humillante campaña de desprestigio.
Pero no fue hasta 2007 cuando la Asociación para la Protección y Defensa de los Derechos de las Mujeres en Arabia Saudí, fundada por Wajeha al Huwaider y Fawzia al Uyyoni, volvió a la carga con una petición al rey Abdalá que reunió 1.100 firmas. Al año siguiente, en el día internacional de la mujer, Al Huwaider se grabó conduciendo y colgó el vídeo en YouTube.
Cuatro años más tarde, al hilo de la primavera árabe, un grupo de activistas utilizó Facebook para animar a las saudíes a ponerse al volante el 17 de junio. Pero la detención de Manal al Sharif cuando conducía en Al Jobar, una ciudad de la Provincia Oriental, aguó la cita. Al Sharif, que se convirtió en el rostro de la iniciativa, ha plasmado su experiencia en un libro publicado este año, Daring to Drive. A Saudi Woman’s Awakening (Atreverse a conducir. El despertar de una mujer saudí).
Nada más conocerse la noticia, algunas activistas de la región se han lanzado a comentarlo en las redes sociales. “¡Qué hito histórico para las mujeres saudíes y de todo el mundo! Mi corazón se llena de alegría y de esperanza por el futuro de Arabia Saudí”, escribía la kuwaití Nourah al Oseimi en su cuenta de Twitter. Otras, sin embargo, han recordado que “Arabia Saudí aún tiene un largo camino que recorrer en derechos humanos, pero que al menos este es un paso en la dirección correcta”.