El fuego devora 115.000 hectáreas en 11 días y supera el récord marcado por otro incendio hace solo ocho meses
7 de agosto de 2018 – Los Ángeles – Agencias.
El fuego devora bosques, casas y también récords en el norte de California. La autoridad antiincendios del Estado anunció el lunes por la noche que el llamado incendio de Mendocino Complex es ya el más grande desde que existen registros. Había quemado 114.800 hectáreas en solo 11 días ardiendo. El fuego es resultado de dos focos distintos y afecta a tres condados en una zona a unas dos horas y media al norte de San Francisco. Por la noche del lunes siguió creciendo hasta las 117.600 hectáreas a las 7 de la mañana de este martes, aproximadamente el tamaño del municipio de Los Ángeles.
El dato da una idea del año de incendios que lleva California. La temporada de incendios ya no se produce solo al final del verano, cuando suben las temperaturas. El año pasado duró hasta diciembre y el invierno seco hacía prever que no daría más que pocos meses de tregua. Hace solo ocho meses el norte de Los Ángeles sufrió el llamado incendio Thomas, en ese momento el más grande la historia gracias a una inusual combinación de altas temperaturas y viento fuerte del desierto en diciembre. El récord ha durado ocho meses. Cuatro de los cinco incendios más grandes registrados nunca en California se han producido en la última década.
El incendio, que se compone de dos focos llamados Ranch y River y abarca una gigantesca zona forestal entre los lagos Clear, Pilsbury y Mendocino, está contenido en un 30% de su perímetro y sigue creciendo. “Desgraciadamente, no nos va a dar un respiro pronto” dijo a Reuters el meteorólogo Brian Hurley. “Está condenadamente seco y caluroso y va a seguir así”.
“Es extremadamente rápido, extremadamente agresivo, extremadamente peligroso”, dijo a Los Angeles Times Scott McLean, subjefe de bomberos de California. Las llamas han alcanzado los 90 metros de altura en algunos puntos y el fuerte viento ha esparcido el fuego a toda velocidad por un terreno inusualmente seco. El fuego ha saltado cuatro arroyos, un cortafuegos y una carretera principal. “Mira lo grande que se ha hecho en solo cuestión de días, mira lo rápido que ha subido en el ránking. Eso no pasa. Simplemente, no pasa”. El incendio Thomas que rompió el récord en diciembre estuvo ardiendo casi un mes.
Un total de 75 casas y 68 estructuras de otro tipo han sido destruidas. Unas 11.300 continúan amenazadas por el fuego, según el último parte oficial del suceso. El fuego se reavivó este lunes con nuevos vientos y una nueva subida de las temperaturas, que aún seguirán subiendo hasta final de semana. Más de 3.900 personas trabajan contra el fuego, con 15 helicópteros y 93 camiones. Numerosas localidades han sido evacuadas en cuatro condados.
El incendio de Mendocino es el más extenso, pero no el más destructivo de los 16 grandes fuegos que hay activos en California. El llamado incendio Carr, en el remoto condado de Shasta al norte del Estado, había destruido más de 1.600 estructuras (mil de ellas viviendas) hasta el lunes por la noche. Ya han ardido 66.000 hectáreas y está contenido en un 47%. El viento llegó a provocar un asombroso tornado de fuego el pasado 26 de julio con una velocidad de 240 kilómetros por hora. Siete personas han muerto en este incendio.
El incendio Carr se ha situado ya como el sexto más destructivo de la historia de California. De nuevo, el peor fue tan solo el año pasado, en octubre, cuando comenzó la inusual repetición de la temporada de incendios que duró hasta enero.
Cerca del parque nacional de Yosemite, una zona muy propensa a los incendios todos los años, el llamado incendio Ferguson ha quemado ya 36.000 hectáreas y afecta a varias entradas a uno de los principales destinos turísticos del Estado. El parque anunció el domingo el cierre indefinido de algunas de sus zonas más populares como precaución ante la velocidad del fuego.
En el sur de California, donde se espera una semana con temperaturas que van a rondar los 40 grados, un fuego iniciado el domingo había quemado en unas pocas horas 1.600 hectáreas del parque natural Cleveland, al sur de Los Ángeles. El martes seguía fuera de control dando una idea de la clase de fuegos vertiginosos a los que se enfrentan los bomberos.
El pasado sábado, en una visita a las zonas afectadas, el gobernador del Estado, Jerry Brown, dijo que hay que acostumbrarse a que esto va a ser “la nueva normalidad”. Ya había advertido lo mismo en diciembre. Brown considera que la agresividad de los incendios en los últimos años, que los expertos atribuyen a cuatro años de sequía seguidos de uno de los años más húmedos desde que hay registros (2016), son prueba de que ya se están sufriendo las consecuencias del cambio climático, una prioridad absoluta de su Gobierno.
En medio de la tragedia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció en Twitter su propia explicación de por qué se están haciendo cada vez más graves las temporadas de incendios. En un tuit el domingo por la tarde, dijo que los incendios “se están haciendo peores debido a las malas leyes medioambientales que no permiten que gran cantidad de agua que está lista sea utilizada”. El lunes, añadió en otro tuit que el agua “está siendo desviada al Pacífico”.
Las leyes medioambientales de California, entre las más estrictas de EE UU, han sido argumento político de los republicanos, especialmente el reparto del agua que se hace en el valle central, rural y agrícola. Pero nadie había cuestionado hasta ahora que hubiera suficiente agua para apagar incendios. El fuego de Mendocino, en concreto, tiene tres lagos llenos alrededor. Trump ha autorizado la declaración de desastre para ayudar con fondos federales a California. Lo ha hecho en todos los grandes desastres desde que es presidente, como los incendios del año pasado.