19 de noviembre de 2024 – Santiago de Chile – EFE.
Chile informó este martes que, en los próximos meses, llevará a cabo la construcción de casi 4.000 kilómetros de zanjas que funcionarán como cortafuegos, con el objetivo de prevenir incendios forestales. Esta medida responde a la grave amenaza de los incendios forestales, como los ocurridos en febrero pasado en Valparaíso, que causaron la muerte de al menos 137 personas.
El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, destacó que estos incendios, que en un 99,7 % son provocados por negligencia o mala fe, han generado un fuerte llamado a la prevención y la corresponsabilidad de todas las instituciones involucradas. Valenzuela hizo estas declaraciones en Santiago, a los pies del Cerro San Cristóbal.
El proyecto prevé la construcción de 3.775 kilómetros de zanjas cortafuegos en diversas zonas vulnerables del país, especialmente en las regiones de O’Higgins y Biobío, donde los incendios han tenido un gran impacto. La iniciativa forma parte de los esfuerzos para reducir el riesgo de futuros incendios.
Además, estas zanjas se sumarán a los 20.000 kilómetros de cortafuegos que ya han sido establecidos por la industria forestal en el sur del país. Esta infraestructura contribuirá a reforzar la prevención y minimizar los daños de los incendios.
Horacio Pfeiffer, director de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas, señaló que muchos caminos también actúan como cortafuegos naturales. Por ello, es crucial mantenerlos despejados de vegetación durante la temporada de incendios para reducir el impacto de los fuegos.
El país vivió en febrero de este año una de las peores tragedias relacionadas con incendios forestales en su historia. Este evento, que dejó al menos 137 muertos, fue considerado la peor catástrofe desde el terremoto de 2010, y conmocionó a toda la sociedad chilena.
Los incendios comenzaron el 2 de febrero en la reserva natural del Lago Peñuelas y se expandieron rápidamente hacia los cerros cercanos a Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, en la región de Valparaíso, a unos 100 kilómetros de Santiago. La propagación del fuego fue tan rápida que causó estragos en estas localidades.
Tres personas, entre ellas un bombero, un funcionario del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) y un ingeniero de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), fueron detenidas bajo acusaciones de haber provocado los incendios. Esta situación generó una gran indignación en la población.