Pacific Gas & Electric, responsable de los incendios más mortíferos de los últimos años, cortará el suministro a unas 800.000 personas ante el calor y los fuertes vientos
9 de octubre de 2019 – Los Ángeles – Agencias.
Para evitar accidentes, se corta la luz. Cientos de miles de personas se encontraron este miércoles sin suministro de luz por una decisión unilateral de la compañía Pacific Gas & Electric, el mayor proveedor de electricidad del norte de California. Los cortes, que afectan a vecindarios y pueblos enteros, son para prevenir accidentes en el tendido que puedan provocar incendios durante esta semana, cuando se prevé una combinación de altas temperaturas y rachas de viento. La infraestructura de PG&E es responsable de los dos incendios más mortíferos de los últimos dos años.
“Para proteger la seguridad pública, PG&E ha cortado la luz debido a las rachas de viento y condiciones de sequedad combinadas con un alto riesgo de incendio. Una vez que el tiempo mejore y cuando sea seguro, los equipos de PG&E revisarán los cables de la luz, repararán el equipo dañado y restaurarán el servicio a los clientes”, rezaba un comunicado en la página web de la empresa este miércoles por la mañana. Los cortes pueden durar “más de 48 horas”, añade. “A efectos de planificación, PG&E sugiere a los clientes que se preparen para cortes que pueden durar varios días”.
Los cortes anunciados afectaban por la mañana a los alrededores de Sacramento y condados rurales y remotos como Placer, Calaveras, Humboldt y Nevada. Pero también a la privilegiada costa del condado de Marin (al norte de la bahía de San Francisco) o a algunas zonas de Silicon Valley, incluido Palo Alto, el barrio más caro de California. En total, se prevé que los cortes afecten a 22 condados. Los cortes iniciales, según datos de las cuatro de la madrugada locales, afectan a 513.000 clientes. Toda la operación podría llegar a afectar a 800.000 clientes, es decir, a millones de californianos.
Entre 2017 y 2018 murieron 123 personas en California en grandes incendios. Al menos cuatro de esos incendios tuvieron su origen en fallos de la infraestructura eléctrica, es decir, chispazos. Las cifras incluyen dos de los incendios más mortíferos registrados en la historia del Estado. El de Napa y Sonoma arrasó barrios enteros de la ciudad de Santa Rosa y dejó 22 muertos. El año pasado, los cables de la luz provocaron el incendio que hizo desaparecer la ciudad de Paradise, al norte de Sacramento, y mató a 86 personas.
En ambos casos, el origen del fuego estuvo en las infraestructuras de Pacific Gas & Electric. La empresa sirve electricidad a unos 16 millones de clientes en el centro y norte de California y es la mayor compañía de servicios públicos por número de clientes en Estados Unidos. El pasado mes de enero, se declaró en quiebra. Entonces tenía unos activos de 71.000 millones de dólares y una deuda de 51.000 millones. La compañía explicó que había recibido unas 750 demandas judiciales que representaban a unas 5.600 víctimas de incendios provocados por el tendido eléctrico. Según la compañía, se enfrentaba a indemnizaciones que podían superar los 30.000 millones de dólares y la hacían inviable.
A partir de 2017, los bomberos se dieron cuenta de que ya no había temporada de incendios en California. Inviernos inusualmente húmedos y veranos inusualmente calurosos y secos estaban provocando tanta acumulación de combustible que se producían grandes incendios todo el año. Esas circunstancias se han sumado al estilo de vida en California, donde hay grandes comunidades entremezcladas con la naturaleza. Sobre esa situación cuelga un tendido eléctrico en muchas ocasiones anticuado y frágil que recorre todo el Estado.