29 de julio de 2025 – WALKER COUNTY, Alabama – Agencias.
Un equipo de profesionales médicos que trabajaba en la cárcel del condado de Walker ha sido acusado de conspirar para negar atención médica básica a Tony Mitchell, a pesar de las claras señales de que su salud estaba deteriorándose, según una acusación federal. Mitchell murió tras pasar dos semanas bajo custodia en dicha cárcel.
Cinco personas —Aleisha Herron, Patricia Hammonds, Bradley Allred, Jamie Johnson y Dana Blackwood McMillian— fueron acusadas de conspiración y privación de derechos. Estas acusaciones se hicieron públicas un día después de que seis oficiales penitenciarios, tanto actuales como anteriores, fueran también imputados por su implicación en la muerte de Mitchell y el abuso de otros cinco reclusos.
Los acusados trabajaban para QCHC, Inc., empresa contratada por la Oficina del Sheriff del Condado de Walker para proporcionar servicios médicos y de salud mental a los internos. En ese momento, Hammonds era la administradora de servicios de salud, Herron era la enfermera especializada, y Allred, Johnson y Blackwood McMillian eran enfermeros prácticos licenciados.
Mitchell fue arrestado el 12 de enero de 2023 tras un control de bienestar por salud mental. Según el sheriff del condado, Mitchell disparó contra los agentes que acudieron al lugar. Después de su arresto, fue examinado por los Servicios Paramedicales Regionales, pero esa habría sido la última atención médica que recibió antes de morir.
La acusación federal indica que ni los acusados ni ningún otro miembro del personal médico o penitenciario realizaron una evaluación inicial o revisión médica al ingreso. Además, se les acusa de no proporcionarle atención médica o mental, ni garantizarle acceso adecuado a comida, agua, ropa, abrigo o saneamiento. Fue dejado desnudo en una celda sin agua corriente ni baño, acostado en el suelo y cubierto de heces.
Cuando Herron finalmente lo examinó el 26 de enero, Mitchell ya estaba deshidratado, desnutrido, sin comunicarse verbalmente y con la piel fría al tacto. Aunque recomendó llevarlo al hospital, indicó que podía esperar una hora más. No fue trasladado hasta varias horas después y murió en el hospital. Su temperatura corporal era de 72 grados Fahrenheit y se determinó que murió por hipotermia, causada por sepsis e infecciones derivadas del abandono médico. Su muerte fue clasificada como homicidio. Otros implicados, incluido un exenfermero llamado Daniel Wyers, han sido nombrados en una demanda civil interpuesta por la madre de Mitchell, y Wyers ha aceptado declararse culpable en el caso penal.