Varias fábricas están contratando ante la situación
1 de abril de 2020 – EFE.
Con la pandemia del coronavirus el papel higiénico y el de cocina se han vuelto en bienes altamente apreciados, pero otro insumo que empieza a cobrar protagonismo para los millones de hogares en cuarentena son las tortillas, elemento primario de muchos platillos mexicanos y centroamericanos.
En Mi Tierra, un mercado latino de Alexandria (Virginia), la demanda de frijoles y arroz se mantiene estable, “pero las compras de tortillas y de maseca (harina de maíz) han aumentado tres y cuatro veces”, dijo a Efe el gerente de la tienda, Guillermo Navarro.
“Primero la comida, por supuesto”, precisó Navarro. “Y sí, hay también una demanda un poco mayor de toallas de papel y papel higiénico”.
Pero entre la clientela mayormente centroamericana de Mi Tierra, las tortillas y la harina de maíz, que es con la que se elabora este elemento que sustenta tantas recetas cuando se cocina en casa, son casi imprescindibles.
Marlene Camacho, gerente de La Guadalupana en Millsbory, Delaware, también ha visto un incremento en las ventas de harina de maíz y tortillas, y está preocupada “porque los proveedores han informado que en los almacenes mayoristas se han agotado algunos productos”.
“Nosotros estuvimos vendiendo bultos de maseca de 50 libras, y hubo una demanda grande”, añadió. “Nuestros clientes son, en su mayoría, guatemaltecos pero hay también mexicanos, salvadoreños y hondureños”.
“Ellos, si no tienen carne, se hacen sus tortillas o sus tamalitos con frijolitos y queso“, agregó. “Y ahora que los niños no están en la escuela, son más a comer en la casa”.
Si bien el “encierro COVID-19” ha aplastado el negocio de los restaurantes, la producción de alimentos no ha disminuido con la pandemia, trasladando las oportunidades a otros sectores.
La fábrica La Tortilla, en el Condado Sonoma de California, ha contratado a 20 empleados adicionales en las últimas dos semanas para atender la demanda de su amplia variedad de tortillas.
“De hecho, tenemos dificultades para encontrar empleados”, dijo Ana Careño, la directora de recursos humanos de La Tortilla, al diario The Press Democrat.
Con casi 60 millones de personas de origen latinoamericano en Estados Unidos, de los cuales el 72% provienen de México y América Central, la tortilla es negocio serio e IBISWorld, una compañía de estudios de mercado, calcula que el ingreso de esta industria crecerá a un ritmo anual promedio de 4.1% para llegar a un valor de 2,870 millones de dólares en 2020.
“Los productores de tortillas han tenido un crecimiento sostenido durante las turbulencias económicas debido al precio asequible del producto y la demanda firme”, señaló IBISWorld. “El número de tortillas producido ha seguido creciendo hasta convertirse en el segundo tipo de pan más popular en Estados Unidos”.
Es una industria en la cual compiten empresas grandes, incluidas las estadounidensess Tyson Foods., General Mills, Azteca y Ole Mexican Foods; las mexicanas Gruma y Grupo Bimbo, y la española Grupo Liven.
Un componente clave en el crecimiento de esta industria es la población latina, pero otro componente igualmente importante es la recepción favorable que las tortillas tienen entre los consumidores que buscan comidas saludables y con bajo contenido de grasas.
De ahí que, por ejemplo, María and Ricardo’s, una compañía fundada en 1986 y que tiene cinco tiendas en Virginia, enfatice que todas sus recetas están libres de productos modificados genéticamente y son certificadas kosher y vegan, no contienen sabores, colores o preservativos y “están llenas nada más que con Mucho Goodness!”.
Y, al mismo tiempo y como siempre ha ocurrido con las “comidas étnicas” en Estados Unidos, la magnitud de la demanda estimula la creatividad de competidores autóctonos que crean recetas que mantienen el nombre y nada tienen que ver con el producto original, como las tortillas sin harina de maíz.
La compañía Siete Wholesale ofrece tortillas empaquetadas hechas con harina de almendras, harina de castañas de cajú, casava y chía, y con sabores de nombres exóticos como “nacho”, “fuego”, “ranch”, y “sal y limón”.