Es la segunda vez que se produce un ataque contra la insignia del magnate en el Paseo de la Fama de Los Ángeles. El autor de la fechoría se entregó poco después en una comisaría
25 de julio de 2018 – Miami – Agencias.
Por segunda vez en tres años, la estrella de Donald Trump en Hollywood ha sido pulverizada con un pico. Un individuo llegó este miércoles de madrugada al Paseo de la Fama y comenzó a golpear la estrella del presidente de EE UU hasta hacerla añicos.
Los fotógrafos de prensa han corrido a inmortalizar el atentado simbólico contra el nombre del controvertido mandatario, que tenía su reconocimiento en la famosa calle turística de Los Ángeles desde 2007 por el éxito del programa de telerrealidad El Aprendiz –en el que Trump hacia de juez y tanto disfrutaba diciendo “¡Estás despedido!” a los concursantes eliminados–. En las imágenes se aprecia el ahínco con que el sujeto se cebó en la estrella, cuyo centro ha quedado como un pequeño cráter lleno de piedrecillas esparcidas y polvo donde antes lucía en mayúsculas el nombre de Donald Trump. Ni una de las 11 letras se salvó.
La policía llegó a las tres y media de la madrugada tras recibir un aviso. Según una portavoz policial fue el propio hombre del pico el que hizo la llamada de alerta, informó de lo que había hecho y antes de colgar dijo: “Nos vemos”. Dejó el pico en el lugar de los hechos y se esfumó.
Pasada una hora, parece que se lo pensó mejor y se presentó en la comisaría de Beverly Hills, donde confesó su tropelía y fue detenido. Ha sido identificado como Austin Clay, de 24 años, acusado de vandalismo, y tendría que pagar 20.000 dólares de fianza para quedar libre. La policía ha dicho que el joven no ha precisado sus motivos.
Según el canal KNBC, para no levantar sospechas y poder llevar a cabo sus planes, Clay portó el pico escondido en una funda de guitarra. Empleados de seguridad del Paseo de la Fama lo vieron machacando la estrella de Trump y le pidieron que parase, pero el individuo siguió picando. Según la policía de Hollywood, intervenir con firmeza para evitarlo estaba más allá de sus funciones.
Un organismo dedicado a la preservación histórica de Hollywood se ocupará de volver a poner la estrella. Mientras tanto, estará cubierta. Así se evitará que los turistas sigan haciéndose fotos con cara de felicidad junto a la ruinita de la estrella de Trump, como ha ocurrido hoy.
Una noche de octubre de 2016, en plena campaña, un vecino de Los Ángeles llamado James Otis, de 52 años por entonces, se puso un casco, peto y gafas de obrero y destrozó igual que Clay la estrella de Trump. Otis, que aborrecía al candidato, permitió ser grabado y entrevistado mientras ejecutaba su acción. Tuvo que pagar 4.400 dólares por los desperfectos y hacer 20 días de trabajo comunitario.