24 de julio de 2024 – Ciudad de Panamá – EFE.
Las autoridades de seguridad en Panamá reportaron hoy que diez migrantes, cuyos cuerpos no han sido encontrados, presuntamente perdieron la vida por inmersión en una región caribeña del país. Estos migrantes llegaron desde Colombia usando una ruta más corta a través de la selva del Darién en su camino hacia Norteamérica.
“El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) hizo público que, según información recibida, se avistaron diez cadáveres de migrantes ahogados en afluentes cercanas a la comunidad de Carreto debido a una súbita crecida del agua”, comunicó este organismo fronterizo en un comunicado.
El Senafront sugiere que los cuerpos podrían haber sido “enterrados para ocultar sus vínculos delictivos con el tráfico de migrantes”, pero aún no se han podido localizar.
“Se sabe que los cuerpos están en la zona, pero aún no se ha iniciado el proceso formal de desenterramiento o la siguiente fase de la investigación preliminar, que es el estado actual. Por lo tanto, estamos tratando esto como presunto, ya que no hay certeza”, explicó una fuente anónima de la policía fronteriza a EFE.
Agregó que la comunidad indígena de Carreto les informó sobre la presencia de personas enterradas cerca, pero no se ha establecido una fecha exacta del incidente debido a las investigaciones en curso por parte del Ministerio Público (Fiscalía).
Según el periódico panameño La Prensa, la comunidad indígena informó que el 15 de julio pasado, migrantes dijeron que fueron arrastrados por la crecida de un río, aunque no lograron encontrar los cuerpos tras la búsqueda.
Diversas vías migratorias
El Senafront enfatizó en el comunicado su esfuerzo por “dirigir la migración irregular hacia un corredor humanitario que ofrece mayor seguridad a los migrantes”, lamentando la persistencia de la delincuencia organizada y colaboradores locales que facilitan pasos no autorizados, poniendo en grave riesgo sus vidas.
“El Senafront reafirma que el único paso autorizado para la migración irregular es el que lleva a Cañas Blancas, donde hay patrullas especializadas disponibles para protección y ayuda humanitaria”, destacó.
Según un informe de 2023 de Médicos Sin Fronteras (MSF), que cesó operaciones en el Darién este año tras la no renovación de su permiso, la ruta a través de Carreto en el Caribe panameño es la más costosa, con un costo de hasta 550 dólares por tomar un bote desde Capurganá, Colombia, hacia esa comunidad, seguido de un trayecto de dos a cuatro días caminando por la selva hasta la comunidad indígena de Canaán Membrillo.
Desde el inicio de la nueva administración de José Raúl Mulino el 1 de julio, se han implementado diversas acciones para intentar disminuir el número de migrantes que atraviesan la peligrosa selva del Darién. En lo que va del año, más de 216.000 migrantes, principalmente venezolanos, han cruzado esta área, comparado con más de 520.000 en todo 2023, una cifra sin precedentes según las autoridades panameñas.
Como parte de estas medidas, desde el 3 de julio, Panamá ha instalado gradualmente “barreras perimetrales” (vallas de alambre con púas) a lo largo de aproximadamente 4,7 kilómetros en el Darién, donde existían al menos cinco pasos no autorizados o senderos, con el objetivo de dirigir el flujo migratorio a través de un “corredor humanitario”.
El Darién, una selva que sirve como frontera natural entre Panamá y Colombia, tiene una extensión de 266 kilómetros. Los migrantes que la atraviesan en su camino hacia Norteamérica enfrentan frecuentemente peligros como crecidas repentinas de ríos, ataques de animales salvajes o grupos armados que cobran por el paso o cometen robos, con el riesgo adicional de sufrir abusos sexuales.
