7 de octubre de 2024 – Acapulco (México) – EFE.
Dos semanas después del paso del huracán John por México, que impactó como categoría 3 en Guerrero, la población enfrenta problemas de salud, como ansiedad, depresión y estrés, además de los estragos materiales y las 23 muertes registradas.
Los residentes de la zona Diamante en Acapulco están recuperándose lentamente, pero muchos, como los de la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, siguen lidiando con las consecuencias de las severas inundaciones que sufrieron.
Las calles de esta unidad habitacional se encuentran cubiertas de lodo, basura y objetos destruidos, incluidos muebles y electrodomésticos, resultado de las intensas lluvias y la inundación.
Erika Esperanza Chávez, madre soltera, comparte que ha enfrentado momentos difíciles junto a su hija de 7 años, ya que perdió todas sus pertenencias y sufre de ansiedad y estrés tras el desastre.
Durante el huracán, Erika solo pudo rescatar documentos importantes y se vio obligada a dejar su hogar, primero quedándose con un vecino y luego refugiándose en un albergue. Ahora se enfrenta a la tarea de limpiar su casa.
Blanca Fernández, otra afectada, ha comenzado a limpiar su hogar diez días después del huracán, aunque enfrenta numerosas complicaciones que le generan preocupación por su salud.
Ella menciona la falta de agua y la acumulación de basura como situaciones desesperantes, lo que incrementa el riesgo de enfermedades. Prefiere limpiar su hogar en lugar de buscar ayuda alimentaria del gobierno.
Mientras tanto, la ayuda ha comenzado a llegar a la unidad habitacional, con la entrega de alimentos por parte de particulares y militares. La Secretaría del Bienestar federal también está realizando censos para evaluar los daños. Según informes recientes, al menos 236,636 personas han sido afectadas en Guerrero.
