El Pentágono toma medidas después de que el uso de los relojes inteligentes revelara la ubicación secreta de bases militares
6 de agosto de 2018 – Washington – Agencias.
Los militares estadounidenses que se encuentran en zonas de combate recibieron una orden inmediata este lunes: desactivar el GPS de todos sus aparatos electrónicos, ya sean gubernamentales o personales. La orden del Pentágono llega tras conocerse en enero la ubicación de bases militares secretas por culpa de los soldados desplegados en las zonas de conflicto que se ejercitaban utilizando la pulsera deportiva con geolocalizador Fitbit. Nadie se había percatado del problema logístico hasta que la tecnológica Strava publicó un mapa interactivo donde figuraban los desplazamientos geográficos de los usuarios de este tipo de accesorios y la gente prestó atención a los movimientos en países como Afganistán, Irak y Siria.
El Departamento de Defensa explicó a través de un comunicado que los avances tecnológicos en aparatos electrónicos, aplicaciones y servicios con GPS -como los relojes inteligentes- presentan “un riesgo significativo” para el personal y para las operaciones militares en todo el mundo. “Estas capacidades de geolocalización pueden exponer información personal, ubicaciones, rutinas y número de personal, además de, potencialmente, traer consecuencias involuntarias en la seguridad y un mayor riesgo para la misión conjunta”, reza la carta.
Audricia Harris, portavoz del Pentágono, aclara que la orden no está dirigida a los más de 300 militares y civiles que componen el Departamento de Defensa, si no a los soldados que se encuentren en zonas de conflicto. “Los comandantes son los que dan o no el permiso” a los soldados de la base, explica Harris. Para que un cuerpo del Ejército utilice sus aparatos electrónicos personales con GPS, el comandante debe consultar primero con las altas bases si es que la zona es segura. Mientras que para activar el geolocalizador en los dispositivos gubernamentales la única excepción será que sea necesario para la misión, sin obviar las posibles amenazas que supone.
Dentro de un mes, el Departamento de Defensa entregará al personal una guía para conocer los riesgos y el manejo de la geolocalización. Además, proporcionará capacitaciones adicionales sobre ciberseguridad para abordar los riesgos que suponen los rastreadores y otros dispositivos móviles. Ahora reparten guías, pero en 2013, según el Washington Post, el Pentágono distribuyó hasta 2.500 de estas pulseras como parte de un proyecto para combatir la obesidad. En 2015 el programa llegó a 20.000.