16 de febrero de 2018 – Agencias.
A pesar de la fría acogida que se encontró en Turquía, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, consiguió romper el hielo. Tras reunirse con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, ambos diplomáticos anunciaron un acuerdo para crear “mecanismos” que permitan normalizar las relaciones bilaterales.
“Hemos llegado a un acuerdo para normalizar las relaciones”, dijo Cavusoglu en una rueda de prensa conjunta desde Ankara.
El jefe de la diplomacia turca explicó que la normalización que se hará a través de un mecanismo conjunto se pondrá en marcha hacia el mes de marzo y que, una vez recobrado el curso normal de la relación bilateral, servirá de canal de comunicación para abordar temas de interés común.
Si bien la escalada de tensión por la reciente ofensiva turca “Rama de Olivo” contra las milicias kurdas, que apoya EEUU, en Siria, amenazó con tensar más las relaciones con Washington, éstas no se han llegado a romper en ningún momento.
No obstante, las relaciones se han deteriorado profundamente pasando de ser aliados a rivales en el contexto de la guerra de Siria. El conflicto sirio fue uno de los asuntos centrales que se abordó en la gira de Tillerson. Según la prensa local, el jueves el secretario de Estado se reunió durante más de tres horas con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan y, se sabe que hablaron de Siria.
Turquía propuso a Estados Unidos que las Unidades de Protección Popular (YPG) se retiren a la orilla este del río Éufrates para que un contingente formado por tropas de ambos países sustituya a la milicia kurda en la región de Manbij, en el norte de Siria.
Tillerson apoyó la propuesta señalando que Estados Unidos no se opone pero que las YPG deben retirarse antes de que se despliegue el contingente binacional. “Es una promesa”, reiteró.
Pero a pesar de que más o menos se arreglaron las cuestiones que han enfriado las relaciones diplomáticas, a fuera del hotel Ankara Palace donde se reunió el secretario de Estado y el ministro de exteriores turco, decenas de manifestantes protestaban contra la visita.
Los manifestantes coreaban lemas antiestadounidenses como “Estados Unidos mata a nuestros soldados”, “Maldito el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo) y su aliado estadounidense”; “Asesino Tillerson, salga de Turquía”.
La fuerzas de seguridad tuvieron que recurrir al gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes que habían bloqueado las calles.