1 de febrero de 2022 – Washington/Moscú – EFE.
Estados Unidos y Rusia retomaron este martes el diálogo directo, aunque sirvió para poco más que reiterar sus diferencias, con la novedad de las primeras declaraciones del presidente ruso, Vladímir Putin, sobre la crisis de Ucrania en más de un mes.
A primera hora del día el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, sostuvieron una llamada telefónica en la que ambos diplomáticos repitieron las posiciones previas.
Blinken instó a Moscú a iniciar la “desescalada inmediata” de las tensiones en la frontera con Ucrania, a la vez que reiteró su “disposición” a continuar el diálogo “sustantivo” con Moscú por la vía diplomática, según la versión estadounidense.
Por su parte, y de acuerdo al comunicado de Moscú, Lavrov criticó a Washington por “su retórica agresiva” y la “entrega” de armas a las fuerzas armadas ucranianas, e insistió en las exigencias de que se frene la expansión de la OTAN en el este de Europa.
Tras la conversación, que duró cerca de 30 minutos, Blinken señaló en su cuenta de Twitter que “si de verdad el presidente Putin no busca una guerra o un cambio de régimen (…) entonces es hora de que retiren las tropas y las armas pesadas”.
Moscú ha negado en repetidas ocasiones que prepare una invasión a Ucrania al recalcar que se trata de movimientos militares dentro de sus fronteras, y ha criticado como “histérica” la reacción por parte de Occidente.
CRECIENTE CAPACIDAD MILITAR RUSA
Sin embargo, Washington ha insistido en que Rusia, que ha concentrado más de 100.000 soldados en su frontera con Ucrania, prepara un “ataque inminente” contra Kiev.
Precisamente este martes, el portavoz del Departamento de Defensa de EE.UU., John Kirby, remarcó en una rueda de prensa que Moscú ha aumentado en las últimas semanas “sus capacidades logísticas y de mantenimiento”, entre las que figura el apoyo médico a sus soldados, lo que incluye doctores, enfermeros y hospitales de campaña.
Y recordó que en estos momentos EE.UU. cree que las tropas rusas tienen “la capacidad suficiente” para moverse hacia Ucrania.
Sobre la inquietud expresada por Moscú a la posible adhesión de Ucrania a la OTAN, el portavoz del Pentágono subrayó que corresponde a Ucrania decidir con quién se asocia.
“Cualquier membresía en la OTAN tiene que ser una decisión entre el estado soberano y la OTAN -aseveró Kirby-. No es algo en lo que el señor Putin tenga un veto. No funciona así”.
Washington continúa, además, reforzando sus contactos con sus socios europeos y de la Alianza Atlántica.
Hoy hubo una llamada “cuadrilateral” entre Blinken; el alto representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell; el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg; y el presidente en ejercicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el ministro de Exteriores de Polonia, Zbigniew Rau.
Durante este contacto, los cuatro reafirmaron su determinación, ya expresada tras su conversación del 19 de enero, en la defensa de la “arquitectura de seguridad europea existente” y en mantener “un frente transatlántico fuerte, claro y unido”, según un comunicado del Departamento de Estado.
PUTIN HABLA
En las últimas semanas de cruce de declaraciones y amenazas, la única voz que no se había oído era la del presidente ruso.
Desde Moscú, y por primera vez desde finales de diciembre, Putin rompió su silencio al advertir que Occidente ha ignorado las garantías de seguridad exigidas por Moscú.
Entre ellas figuran poner freno a una mayor expansión de la OTAN, en particular a Ucrania y Georgia, y el cese de toda cooperación militar con las antiguas repúblicas soviéticas.
El mandatario ruso dejó la puerta abierta para el diálogo, pero aseguró que este debe tener en cuenta las preocupaciones rusas sobre la seguridad en Europa que Moscú planteó a EE.UU. y la OTAN.
“Hay que encontrar la forma de garantizar la seguridad y los intereses de todos los participantes en este proceso, desde Ucrania a los países europeos y a Rusia”, insistió Putin.
La pasada semana el embajador de EE.UU. en Moscú, John Sullivan, entregó la respuesta por escrito de Washington en la que rechazaba la gran mayoría de las demandas de seguridad rusas, aunque insistía en apostar por la vía del diálogo y la diplomacia.