Los servicios secretos están convencidos de que el componente químico de tipo militar y fabricación rusa, denominado Novichok, usado en la agresión, fue escondido en el equipaje que portaba Yulia Skripal, antes de que ésta tomara un vuelo a Londres para visitar a su padre
16 de marzo de 2018 – EFE.
El agente nervioso que envenenó en Inglaterra hace doce días al exespía ruso Sergei Skripal pudo haber sido escondido en el equipaje de su hija Yulia, hallada inconsciente junto a él, antes de que ésta abandonara Moscú, informa hoy The Daily Telegraph.
El citado diario británico apunta hoy a fuentes de los servicios secretos que, al parecer, barajan ahora esta nueva hipótesis para explicar el envenenamiento el pasado día 4 del exespía, de 66 años, y de su hija, de 33, que siguen hospitalizados en un centro médico de la localidad de Salisbury (sur de Inglaterra) en “estado crítico”.
Las mismas fuentes, no identificadas, señalaron al periódico que están convencidas de que el componente químico de tipo militar y fabricación rusa, denominado Novichok, usado en la agresión, fue escondido en el equipaje que portaba Yulia Skripal, antes de que ésta tomara un vuelo a Londres para visitar a su padre.
Según esa teoría, la toxina pudo haber impregnado algún artículo del vestuario o de los cosméticos de Yulia, o algún otro objeto guardado en la maleta, que pudo abrirse en el domicilio inglés de Skripal, en la citada localidad de Salisbury.
Eso implicaría, apunta el Telegraph, a que la hija del exagente doble fue tomada como objetivo de manera deliberada a fin de atacar a su padre.
Mientras la policía y efectivos del ejército británico continúan investigando en el lugar de los hechos para tratar de esclarecer las circunstancias del incidente, las tensiones entre el Reino Unido y Rusia se han agravado en los últimos días tras acusar este país a Moscú de estar detrás del envenenamiento.
La primera ministra británica, Theresa May, que visitó este jueves Salisbury para “agradecer” las labores realizadas por los servicios de emergencia ante lo ocurrido, anunció esta semana la expulsión de 23 diplomáticos rusos frente a la actitud de “completo deprecio” mostrada por el Kremlin ante los hechos.
May reveló además una batería de medidas de represalias que su Ejecutivo adoptará contra Rusia, entre ellas la suspensión de las relaciones bilaterales a alto nivel, un aumento de los controles a ciudadanos rusos que visiten el Reino Unido al tiempo que confirmó que no habrá representación británica por parte de la realeza ni dignatarios en el Mundial de Fútbol de Rusia este verano.
Rusia ha negado desde el primer momento cualquier implicación en el suceso y su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, aseguró que prepara represalias contra este país y que las anunciará pronto.
Los principales aliados del Reino Unido, Estados Unidos, Francia y Alemania, mostraron este jueves públicamente su apoyo a este país, ante el agravamiento de la crisis.
En un comunicado conjunto, la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente estadounidense, Donald Trump, y el francés, Emmanuel Macron, se unieron a la primera ministra británica para condenar el ataque y denunciar que se trata de la primera ofensiva en Europa con un agente nervioso desde la II Guerra Mundial.