La segunda vuelta ahonda la división de las opciones que quedaron fuera de la carrera electoral el 27 de mayo
4 de junio de 2018 – Bogotá – Agencias.
Los dos candidatos que se disputan la presidencia de Colombia, el uribista Iván Duque y el antiestablishment Gustavo Petro, afrontan una carrera marcada por el reparto de los apoyos del centro y el voto en blanco, que pese a no ser tener consecuencias jurídicas si puede tener peso simbólico. Los aspirantes se han lanzado a buscar alianzas con vistas a la segunda vuelta de las elecciones, fijada para el 17 de junio. Mientras tanto, las manifestaciones de los líderes y partidos que el pasado domingo quedaron excluidos ahondan la división de ese espectro político.
El Partido Liberal, por ejemplo, tradicionalmente enfrentado al exmandatario Álvaro Uribe, anunció su apoyo a Duque a través de su director, el expresidente César Gaviria. Humberto de la Calle, candidato de esa formación y negociador de los acuerdos de paz con las FARC, se desmarcó y aseguró que votará en blanco. “Es lo que dicta mi conciencia”, manifestó en las redes sociales. También Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín, que el pasado domingo se quedó a menos de 300.000 sufragios de Petro, esa opción. “Para nosotros el voto no es una obligación, es una convicción […] En la campaña dije una y otra vez que ni Duque ni Petro, y no lo hice como una artimaña estratégica. Lo dije porque pienso que ninguno de los dos representa lo que nosotros queremos para Colombia”, manifestó en un comunicado.
Entre los aliados de Fajardo en la Coalición Colombia, los Verdes de Claudia López y el Polo Democrático, hay consenso sobre que bajo ningún concepto darán su apoyo al candidato uribista . “Reiterando el respeto por sus votantes, en el Partido Verde no aceptamos la opción de votar por la candidatura de Iván Duque porque la consideramos indeseable para el presente y futuro de Colombia”, señaló su dirección, que a insta a cargos electos y militantes a defender al Centro Democrático.
Cambio Radical, la fuerza que impulsó a Germán Vargas Lleras, exvicepresidente del actual mandatario, Juan Manuel Santos, empezó un acercamiento al uribismo y el mismo lunes le entregó su programa de gobierno. No obstante, también esta formación se encuentra dividida y sus barones encaran la segunda vuelta calibrando sus intereses.
Duque sigue encabezando los estudios de opinión. Una encuesta del Centro Nacional de Consultoría le atribuye, junto con su fórmula vicepresidencial, la exministra conservadora Martha Lucía Ramírez, un 55% de los votos. Petro tendría un 35% de los apoyos y el voto en blanco alcanzaría un 10%. Este dato, si bien resulta significativo, supondría una simple muestra de disenso con las dos listas que ganaron en primera vuelta.
Uno y otro se sitúan en los extremos del mapa ideológico de Colombia, a la derecha y a la izquierda del tablero, pero para fortalecer sus posiciones necesitan al centro. En este contexto, cabe esperar en las próximas semanas una modulación, incluso moderación de sus discursos. Duque enfatizó que quiere gobernar “sin retrovisor”, sin mirar al pasado. Petro, en cambio, enfrió su idea de convocar una Asamblea Constituyente, lo que constituía una condición para obtener el respaldo de los Verdes.