7 de noviembre de 2017 – CNN.
Devin Patrick Kelley, el hombre que es señalado de asesinar a 26 personas en una iglesia bautista de Texas, sufrió tres heridas de bala, incluido un disparo autoinflingido en su cabeza, revelaron este lunes las autoridades del estado.
Kelley, de 26 años, fue impactado en una pierna y en su torso cuando un ciudadano armado le disparó, informó Freeman Martin del Departamento de Seguridad Pública de Texas, citando los resultados de la autopsia.
Sin embargo, no quedó claro si Kelley murió por la herida de bala que se autoinfligió o si su deceso fue producto de los otros disparos que recibió.
Un día después del peor tiroteo masivo en la historia de Texas, la Fuerza Aérea de Estados Unidos y el Departamento de Defensa señalaron que investigan cómo se manejaron los registros de las acusaciones de violencia doméstica contra Kelley cuando él se encontraba sirviendo en la Fuerza Aérea. Situación que lo habría descalificado para poder obtener un arma bajo la ley federal.
La Fuerza Aérea reconoció que no informó apropiadamente a las fuerzas de seguridad sobre la condena de Kelley por agresión doméstica en el tribunal militar, como era necesario.
“La información inicial indica que el delito de violencia doméstica de Kelley no fue ingresado en la base de datos del Centro Nacional de Información Criminal por la Oficina de Investigaciones Especiales de la Base Aérea Holloman”, señaló el organismo en una declaración.
Un funcionario de la ley federal le aseguró a CNN que las autoridades federales no han encontrado registros de que se les haya notificado dicha condena.
Kelley sirvió en la Base Holloman de la Fuerza Aérea en Nuevo México desde 2010 hasta que lo dieron de alta, según la portavoz de la Fuerza Aérea, Ann Stefanek.
Según informó Stefanek, fue juzgado en consejo de guerra durante 2012 por agresión a su cónyuge y a su hijo. Se desempeñó durante un año en confinamiento, recibió el alta por mala conducta y se le redujo el rango, añadió la funcionaria.
Este lunes, 10 de las 20 personas heridas continuaban en condición crítica, de acuerdo a lo que informaron las autoridades. Y prácticamente nadie en la iglesia salió ileso, de acuerdo a lo que señaló el sheriff del condado de Wilson Joe Tackitt. “Creo que casi todos sufrieron algún tipo de lesión”, sostuvo ante los periodistas.
Comportamiento extraño antes de la masacre
Antes del tiroteo, reportaron las autoridades, Kelley lucía sospechoso cuando se encontraba en una estación de gasolina cercana. “Evidentemente, resultaba obviamente sospechoso para otras personas por la forma en la que iba vestido: todo de negro”, relató Martin. Además, dijo que Kelley también tenía una máscara negra con una cara blanca de tipo calavera, pero no quedó claro si estaba usando la máscara en la estación de servicio. Kelley llevaba un chaleco antibalas, añadió.
Después de que Kelley salió de la iglesia, fue confrontado y baleado por un residente armado, Stephen Willeford. Momentos después de que resultara herido llamó a su padre y le dijo que no creía que fuera a sobrevivir, afirmó Martin.
Willeford le explicó a KHBS, la afiliada de CNN, que temía por su seguridad y por la de su congregación. “La gente en esa iglesia, son amigos míos, son familia. Y cada vez que escuchaba un disparo sabía que eso probablemente representaba una vida”, aseguró. Después añadió que tenía muchísimo temor. “Tenía miedo por mí y tenía miedo por cada uno de ellos y tenía miedo por mi propia familia que vivía a menos de una cuadra. No soy un héroe”, agregó.
Los investigadores han estado revisando videos del interior de la iglesia, agregó Martin. Además, recuperaron cientos de cubiertas de proyectiles, 15 tambores y 30 cargadores de capacidad en la escena del tiroteo del domingo en Sutherland Springs, Texas.
Interés por los tiroteos masivos
Los investigadores han encontrado en las redes sociales de Kelley indicios de que tenía un interés por los tiroteos masivos, según un funcionario policial informado sobre la indagación. Uniendo la información obtenida de las redes sociales y de las entrevistas, las autoridades creen que el atacante se derrumbó lentamente y se obsesionó crecientemente con una disputa familiar.
Según la fuente, Kelley no podía dejar ir el problema doméstico.