El asesino confeso, un hombre de 45 años y padre de dos hijos, podría ser condenado a cadena perpetua debido a las acusaciones de secuestro, violación y asesinato
30 de abril de 2018 – Agencias.
El brutal asesinato de una niña de 13 años ha generado una oleada de indignación en Francia, pues el presunto autor es un violador reincidente ya condenado en 1996 por violación a una menor de 15 años.
El fiscal de Lille (norte), Thierry Pocquet, aportó hoy detalles del suceso que ha conmocionado a Francia este fin de semana, cuando se supo que la preadolescente Angélique Six, desaparecida desde el 25 de abril en la localidad de Wambrechies, había sido asesinada.
El asesino confeso, David R, un hombre de 45 años y padre de dos hijos residente en Wambrechies (Nord), podría ser condenado a cadena perpetua debido a las acusaciones de secuestro, violación y asesinato de un menor de 15 años, aseveró Pocquet, quien dio detalles del asesinato de la pequeña. Fue el propio autor, interrogado por la policía el pasado sábado a la salida de su trabajo, quien llevó a los agentes al lugar en que abandonó el cuerpo sin vida de la pequeña.
Habría explicado a los investigadores, según informa el diario francés “Le Figaro”, que se encontraba solo en casa el día del suceso, el pasado miércoles, pues era su día de descanso y su familia estaba de vacaciones en el sur. Entonces acudió a un sex-shop a comprar píldoras “para sus problemas de erección” y se bebió unas cuantas cervezas antes de regresar a su domicilio. Entonces, aseguró no sentirse bien y salir “a tomar el aire”, momento en el que se cruza con Angélique, a la que condujo al interior de su casa -hecho que habría confirmado un testigo-, donde le planteó tener sexo, por lo que la pequeña comenzó a gritar, él la encerró en el baño y allí habría abusado de ello para, después, estrangularla. La autopsia, realizada este lunes, ha confirmado “asfixia traumática”.
Posteriormente, explicó que limpió los restos de sangre, se deshizo de las ropas de la pequeña, metió el cuerpo sin vida de Angélique en una maleta y la trasladó en el maletero de su coche hasta el lugar en el que la abandonó, una zona boscosa de Quesnoy-sur-Deulem, una localidad vecina a Wambrechies, en la que el asesino y la víctima vivían, muy cerca de la frontera con Bélgica.
El asesino confesó a la policía que no pudo controlar sus impulsos: “Era más fuerte que yo”, dijo. Tras su detención condujo a la policía hasta una zona boscosa de Quesnoy-sur-Deule.
Desde 2005, el asesino estaba inscrito en el fichero judicial nacional de autores de infracciones sexuales violentas de Francia (FIJAIS) en sus siglas en francés.
El individuo, que trabajaba como conductor para una empresa de autobuses de la zona de Lille y había sido vecino de la joven, ya había sido condenado por hechos semejantes.
En 1996 fue castigado a nueve años de prisión por violación con arma a un menor de 15 años y por agresiones sexuales cometidas sobre dos mujeres de unos cuarenta años.
Desde que salió de la prisión en 2000, no fue objeto de seguimiento psicológico porque la ley entonces vigente en Francia no lo contemplaba, aunque sí estaba inscrito en el fichero judicial nacional de delincuentes sexuales.
Según el fiscal, el sospechoso respetaba “globalmente” las obligaciones que conllevaban estar en ese fichero, aunque no explicó de qué se trataban.
El asesinato de la pequeña Angélique ha generado una oleada de indignación en Francia, sobre todo respecto al funcionamiento del sistema judicial.
“Estamos en una situación desgraciadamente muy común, en la que alguien que ya ha sido condenado por agresiones sexuales no ha realizado un proceso que le hubiese llevado a la cura”, lamentó en un comunicado la asociación “Stop a la violencia sexual”.