La mayoría demócrata vota a favor de la acusación al presidente y pasa el testigo al pleno de la Cámara
13 de diciembre de 2019 – Washington – Agencias.
El Comité Judicial de la Cámara de Representantes ha aprobado este viernes, siguiendo exactamente las líneas partidistas, los dos artículos del impeachment al presidente Donald Trump: abuso de poder y obstrucción al Congreso. Ambos cargos han recibido el apoyo de los 23 demócratas presentes en el Comité (uno de los congresistas estaba ausente) y el voto negativo de los 17 republicanos. Así, sin sorpresas y exhibiendo la división del Congreso y del país, ceden el testigo al pleno de la Cámara que la semana que viene, probablemente el martes, votará si se procede con el proceso. Todo indica que el pleno, de mayoría demócrata, votará también a favor, convirtiendo a Donald Trump en el tercer presidente de la historia de Estados Unidos en sufrir un impeachment (Nixon dimitió antes de que el pleno votara). En ese momento, el Senado se convertirá en una suerte de jurado que, después de que se celebre un breve juicio político, decidirá sobre la destitución del 45º presidente.
Bien entrada la noche del jueves, tras 14 horas de encendido debate, el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jerrold Nadler, demócrata de 72 años, puso fin a la sesión y pospuso la histórica votación sobre los artículos del impeachment a Trump hasta la mañana siguiente (hora local). Este viernes, los miembros del comité se han vuelto a sentar y han procedido al voto, respondiendo uno a uno con un sí o un no a cada uno de los dos cargos.
“Es ya muy tarde”, dijo Nadler el jueves por la noche. “Quiero que los miembros de los dos lados piensen en lo que ha pasado estos dos días y busquen en sus conciencias antes de emitir sus votos finales”.
Lo que ha pasado estos dos días es una discusión tensa, sin señal alguna de que los impulsores del proceso vayan a lograr convencer a ningún republicano de que el presidente cometió las dos faltas graves que los demócratas consideran que justifican su destitución. El voto del Comité es el último paso antes de que la semana que viene el pleno delibere y vote si proceder o no con el impeachment, que pasaría entonces al Senado.
En la Cámara alta, los demócratas, representados por unos delegados escogidos entre los miembros de la Cámara de Representantes, buscarán de nuevo demostrar que Trump abusó de su poder al presionar al presidente ucranio, Volodímir Zelenski, para que anunciara investigaciones sobre el precandidato demócrata y exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter. Y que después, cuando el Congreso procedió a indagar en las acusaciones, el presidente obstruyó la investigación de los legisladores, quebrantando la separación de poderes. Como defensa del presidente actuará el equipo de abogados de la Casa Blanca. Y serán los senadores, convertidos en un jurado extraordinario, quienes voten si se procede o no con la destitución.
Como vienen haciendo desde que el Comité Judicial tomó el relevo del de Inteligencia, el jueves los congresistas republicanos trataron de torpedear la sesión, interrumpiendo desde la primera intervención con mociones procedimentales que sabían destinadas al fracaso. Lo demás fue una puesta en escena de los argumentos de unos y otros teatralizada para las televisiones, que siguen retransmitiendo en directo las sesiones.
Entretanto, las miradas de los periodistas viajaban rítmicamente, como en un partido de tenis, de los rostros airados de los congresistas en posesión de la palabra a las pantallas de los móviles, bombardeadas por una furiosa actividad tuitera del presidente, insólita incluso para sus febriles estándares: 48 tuits o retuits solo en las primeras cinco horas de sesión, en una jornada que se convertiría, según el recuento de The Washington Post, en la que más tuiteó el presidente desde que anunció su candidatura a la presidencia en 2015.
Los demócratas, no obstante, neutralizaron todos los ataques de los republicanos contra los artículos del impeachment. A medida que sus enmiendas caían derrotadas por la mayoría demócrata, la única incógnita era cuándo los republicanos se iban a dar por vencidos y dar la sesión por terminada.
Fuera de la sala donde delibera el Comité, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se mostró confiada en que la holgada mayoría demócrata evitará sorpresas y permitirá proceder la semana que viene con el impeachment, aunque recordó que son los congresistas quienes, a título individual, deben examinar las pruebas y decidir por sí mismos. Aunque una información de The Washington Post, sondeando fuentes de la Cámara baja protegidas por el anonimato, aseguraba que es probable que media docena de congresistas demócratas voten en contra del impeachment. Se trata de legisladores que se presentan a la reelección el año que viene en distritos que en las presidenciales de 2016 votaron republicano y temen que apoyar el proceso les haga parecer radicales entre los votantes moderados. No serían suficientes para impedir que el impeachment salga adelante y haya de votarse en el Senado, pero desde luego no es una buena noticia para los demócratas.
Donde no hay atisbo de fisuras significativas es en las filas republicanas. Lo que indica que, cuando el Senado se convierta en el jurado que decida si destituir a Trump o no, los demócratas tendrán muy difícil conseguir la necesaria mayoría de dos tercios o, lo que es lo mismo, lograr que una veintena de senadores republicanos voten contra el presidente.