El presidente de EE UU ya ha pasado el equivalente a 32 días completos jugando al golf
10 de noviembre de 2017 – Agencias.
“Voy a trabajar para ustedes. No voy a tener tiempo de jugar al golf”, prometió Donald Trump en plena campaña, en agosto de 2016. Sin embargo, una vez que asumió la presidencia en enero, tanto sus visitas a campos de golf como sus partidas son constantes. De ahí que una experta en datos haya creado la web trumpgolfcount.com (www.trumpgolfcount.com) en la que expone con todo lujo de detalles los viajes, horas de partidas y el coste que supone para los contribuyentes estadounidenses los “drivers” de su comandante en jefe.
En la web resaltan que desde el día de la inauguración, Trump ha visitado campos de golf en 72 ocasiones. Lo que supone un gasto de 75.901.767 dólares. El magnate no sólo viaja desde la Casa Blanca a Florida, a su complejo residencial en Mar-a-Lago, también se desplaza al Trump National Golf Club en Bedminster https://www.trumpnationalbedminster.com/, en Nueva Jersey.
Según datos de Trumpgolfcount, Trump ha pasado 25 días en Mar-a-Lago y 33 en Bedminster. La web también enumera las horas que, durante esos días, empleó en jugar al golf. En total, 783 horas. Aunque como explica Sophie Germain, al frente de la web, nunca pensó que sería tan ambiguo rastrear las visitas y jornadas de golf de “quizás el ser humano más observado del planeta”, pues dio por hecho que “sería increíblemente fácil”.
Germain indica que la plataforma vio la luz a principios de marzo de 2017. “Fue muy fácil de crear y en ese momento (no llevaba ni dos meses al frente de EE UU), Trump ya había ido a jugar al golf muchísimo, por lo que era obvio que el golf era un gran ejemplo de su manifiesta hipocresía”. Germain creó la web porque le gustaba la idea de que rindiera cuentas, o al menos generar un solo lugar en el que los estadounidenses pudiera verificar que Trump, sin duda, juega al golf un montón”.
Como explica Germain a este diario pensó que llevar la cuenta de las visitas de Trump a clubs de golf iba a ser tarea fácil. “Me di cuenta de que la prensa sigue al presidente a todas partes y publican sus ubicaciones online, por lo que pensé que sería sencillo documentar el número de veces que practicaba golf, así comencé a seguir las convocatorias de prensa de la Casa Blanca y a buscar las redes sociales de los periodistas que lo cubrían. No sabía que iba a haber tanto secretismo alrededor de su golf, ¡ni que literalmente viviera en el club de golf cuando visita Bedminster, Nueva Jersey!”. Según describe Germain, “el hecho de que su residencia y el campo de golf estén en la misma propiedad complica incluso a la prensa adivinar si está o no practicando golf”.
Rafael, conductor de origen cubano, no votó por Trump. “Es un niño rico y actúa como tal. Bien que criticó a Barack Obama por ir a jugar al golf y ahora él hace lo mismo y muchas más veces, costándonos millones de dólares”. Aunque hay otros en Miami a los que no les preocupa lo más mínimo que su presidente tenga un hobby. “Obama también jugaba al baloncesto y nadie le criticaba”, confiesa Mercedes, una pensionista de 69 años que sí votó por el actual presidente.
Al preguntarle a Germain qué otros aspectos de la presidencia de Trump tendrían que ser vigilados, ella responde que “le inspira Amy Siskind https://twitter.com/amy_siskind?lang=es
, que documenta los aspectos más perturbadores de las acciones de esta Administración corrupta, que son mucho más significativos que su golf”. Es más, para Germain, “ todos los comprobadores de hechos y la gente que llama la atención a Trump cuando se salta las reglas y viola los derechos de la población, son sumamente importantes para la democracia americana. La razón de ser, de una manera más ligera, de TrumpGolfCount”.
Germain confiesa que realmente no tiene ningún problema con que el presidente juegue al golf. “Lo que me molesta es que nuestro presidente no tiene ningún respeto por la verdad”, sentencia.
Su página web aún no ha sido atacada por hackers informáticos, pero sí que ha recibido emails llenos de odio. “Por suerte, el número de emails agradables es mucho mayor al de los odiosos. Hay muchos, muchos americanos que están ‘resistiendo’ a Trump”.