Francisco, como en otras ocasiones, señaló que la interrupción del embarazo es un pecado aunque el bebé tenga una discapacidad o esté enfermo
10 de octubre de 2018 – Agencias.
Las posiciones del papa Francisco en algunos aspectos sociales como la pobreza o la inmigración son mucho más avanzadas que las de sus predecesores y acompañan de forma natural los cambios de la sociedad. En otras, sin embargo, no ha habido el más mínimo cambio ni se espera que lo haya. Esta mañana, en su tradicional audiencia general de los miércoles, Francisco ha lanzado unas durísimas palabras en contra del aborto. Incluso cuando la intervención se produce por problemas médicos del feto. Una práctica no justifcada y, según el Pontífice, equiparable a contratar a un asesino a sueldo.
El Papa, ante centenares de fieles, lanzó la pregunta a la espera de la respuesta unánime e inmeditata de los congregados. “¿Pero cómo puede ser terapéutico, civil, o simplemente humano un acto que suprime una vida inocente e inerme en su nacimiento? Yo os pido: ¿es justo ‘quitar’ una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo contratar un sicario para resolver un problema? No se puede, no es justo ‘quitar’ a un ser humano, aunque sea pequeño, para resolver un problema. Es como contratar un sicario para resolver un problema”, ha dicho el Papa ante los fieles en el Vaticano.
Cuando Jorge Mario Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires ya se mostró como un firme antiabortista que se opuso, incluso, a su práctica en casos de violación. El 12 de septiembre de 2012, seis meses antes de ser elegido Papa, criticó una sentencia de la Corte Suprema argentina que, basándose en el caso de una niña de 15 años violada por su padrastro, determinó que los abortos por violación no son punibles. “Las leyes configuran la cultura de los pueblos y una legislación que no protege la vida favorece una ‘cultura de la muerte”, señaló tras sus críticas al Tribunal por haber “excedido sus competencias exhortando a aprobar protocolos”.
El pasado junio el Papa ya comparó el aborto selectivo con los crímenes nazis para lograr la pureza de la raza. “¿Vosotros os preguntáis por que hoy no vemos tantos enanos por la calle? Porque el protocolo de tantos médicos –tantos, no todos– es hacer la pregunta: ‘¿Llegan mal?’ Lo digo con dolor. En el pasado siglo todo el mundo se escandalizaba por lo que hacían los nazis para curar la pureza de la raza. Hoy hacemos lo mismo, pero con guantes blancos”, aseguró en un encuentro con familias católicas.
En 2016, sin emabargo, anunció que todos los sacerdotes tendrían la facultad de absolver a las mujeres que hayan cometido “el pecado del aborto”, porque “el perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido” y “muchas de ellas llevan en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa”. Según la doctrina católica, el aborto es un pecado muy grave que comporta la excomunión y que solo se puede absolver por orden de un obispo o del propio papa.
El Papa señaló el miércoles que “la violencia y el rechazo a la vida” que, supuestamente, conducen al aborto, provienen del miedo. Para Francisco, cuando los padres descubren que el hijo que esperan tiene una enfermedad o una discapacidad, necesitan “verdadera cercanía y solidaridad” para afrontar la realidad y superar los miedos. Pero en lugar de esto, “reciben rápidamente consejos para interrumpir el embarazo”. “Un niño enfermo es como cualquier necesitado de la tierra, como un anciano que necesita asistencia, como tantas personas pobres que tienen dificultades para vivir: él, ella que se presenta como un problema, es en realidad un don de Dios que puede sacarme del egoísmo y hacerme crecer en el amor. La vida vulnerable nos indica la salida, el camino para salvarnos de una existencia replegada sobre sí misma y descubrir la alegría del amor”, continuó el Pontífice.