Vinicius y Rodrygo, contratados por más de 90 millones, simbolizan el empeño del club por encontrar al próximo gran talento mundial en el país sudamericano
18 de octubre de 2018 – Agencias.
Las noches del sábado y el lunes se dio un hecho inédito en la televisión del Real Madrid. El canal oficial interrumpió su programación para emitir en directo dos partidos de fútbol en los que no participaba el Madrid. El motivo no era otro que exhibir de manera conjunta por primera vez a Vinicius Júnior (18 años) y Rodrygo Goes (17 años), los dos juveniles brasileños contratados por el club por una cantidad superior a 90 millones de euros. Los muchachos fueron promocionados por el Madrid como pocas veces se recuerda. El segundo partido entre las selecciones sub-20 de Brasil y Chile se anunció incluso en los medios impresos con una página completa de publicidad. No era para menos. Los atacantes componen una de las inversiones más atrevidas de Florentino Pérez en sus 15 años como presidente.
Lo afirman desde hace años quienes participan con la directiva de estas operaciones. La contratación de Vinicius y Rodrygo responde a un objetivo prioritario del dirigente: descubrir al nuevo talento del fútbol mundial. Junto con José Ángel Sánchez, su director general, Pérez considera que Brasil es el mercado con más probabilidades de producir un futbolista así. Los dos máximos responsables del club consideran desde hace una década que la cantera brasileña es la mejor del mundo y por ello el Madrid tiene la obligación de estar focalizado en captar talento en el país sudamericano. La misión se le encomendó a Juni Calafat, jefe de fútbol internacional del club.
Nacido en España pero criado en Sao Paulo, Calafat fue contratado en 2014 como ojeador en Sudamérica. Llegó al Madrid avalado por su conocimiento y su amplia red de contactos en el mercado brasileño. Vinicius y Rodrygo son sus grandes apuestas, para lo bueno y para lo malo. Su prestigio y su alto cargo en el organigrama deportivo del Madrid dependen de que los dos atacantes cumplan con los pronósticos después de varias operaciones fallidas, como la del centrocampista Lucas Silva o el lateral Abner. Ambos jugadores han regresado al fútbol brasileño. El pivote, incorporado en enero de 2015 por 15 millones de euros, sigue ligado al club, que no cuenta con él y paga parte de su ficha en el Cruzeiro; el lateral, etiquetado en verano de 2014 como el relevo a medio plazo de Marcelo, estuvo a punto de dejar el fútbol por tres graves lesiones de rodilla y actualmente juega en el Coritiba.
Calafat cerró también la incorporación de otros cuatro jugadores: Willian José, Pablo Teixeira, Augusto Galván y Rodrigo Rodrigues. Los dos primeros jugaron a préstamo en el Castilla entre enero y junio de 2014: Galván, fichado del Sao Paulo por unos cuatro millones, forma parte del filial que dirige Santiago Solari y Rodrigo es integrante del Juvenil A. Además, su papel fue capital en la llegada del noruego Martin Odegaard y estuvo muy cerca de hacerse con los servicios de Gabriel Jesús, que finalmente se decantó por el Manchester City.
Los dirigentes madridistas preguntados por este periódico por las razones del empeño estratégico en el mercado brasileño prefieren no responder públicamente y derivan la consulta al departamento de comunicación. Allí, de momento, no se ofrecen respuestas. La situación es delicada. Por todos los conceptos, la inversión supera los 100 millones de euros, unas cifras reveladas por la prensa brasileña y que el club no ha hecho oficiales. Florentino Pérez y su equipo comprenden que un error de cálculo sería extremadamente complicado de justificar ante la masa social.
Fuera de micrófonos, las personas consultadas que directa o indirectamente han estado vinculadas a estas operaciones sostienen que el Madrid defiende esta política de fichajes como la única vía posible para competir a corto plazo con el PSG y las grandes potencias de la Premier en un mercado que no deja de inflar los precios. Solo la anticipación asegura la posibilidad de conseguir un súperfutbolista por un precio asumible y que no se repite un caso como el de Neymar, que a los 14 años llegó a tener ficha con el Madrid pero finalmente volvió a Brasil.
En el caso de Rodrygo Goes, que sigue jugando en el Santos, las fuentes son optimistas. Dentro del club las valoraciones de Vinicius resultan más ponderadas. “Vinicius posee una capacidad de desborde en el uno contra uno que ahora mismo no tiene ningún jugador de 18 años en el mundo”, explica una fuente del Madrid bajo condición de anonimato. “Es probable que todavía no esté preparado para jugar en Primera con regularidad porque aún carece de los conocimientos tácticos necesarios para el fútbol europeo. Pero esto es normal. Solo tiene 18 años y está en edad de aprender. Si es capaz de desarrollar su talento, la inversión estará perfectamente justificada”.
Vinicius y Rodrygo son dos jugadores que han forjado su reputación en los campeonatos juveniles y profesionales de Sudamérica. Goes, pretendido también por el Barcelona, se decantó por el Madrid tras una visita del propio Calafat. El delantero, de 17 años, ya ha disputado 34 partidos oficiales con el Santos y registra siete goles. Vinicius fue captado por anterioridad. El Madrid se lanzó a por su contratación después de ser el mejor jugador y el máximo goleador del Sudamericano sub-17 disputado en marzo de 2017. Debutó con el Flamengo, su club de formación en mayo de ese mismo año, y abandonó Brasil recién cumplida la mayoría de edad con un bagaje de 49 partidos oficiales en los que anotó 10 goles y repartió cuatro asistencias.
A su llegada a España, el Madrid ha optado por intercalar el primer equipo con el Castilla para facilitar su integración. Creen en el club que la Segunda B es una excelente escuela para lograr su adaptación al fútbol europeo, en donde es más importante tener continuidad dentro del terreno de juego, con y sin el balón. Vinicius ha disputado cuatro partidos y su incidencia resultó decisiva en dos partidos. Anotó tres goles, dio otro y se ha ganado el favor de sus compañeros. Al contrario que le sucedió a Martin Odegaard, el brasileño ha sido recibido sin recelo por sus compañeros del filial.
Adaptación en Segunda B
Sus rivales en la tercera categoría del fútbol español le observan como a un jugador diferente. “Yo estoy acostumbrado a atacar a otro tipo de extremos que me atacan y me defienden. La diferencia que he visto yo es que hay veces que desaparece de la jugada. Se aísla, pero siempre le llega el balón. Se desentiende en labores defensivas para estar fresco en ataque, donde hemos visto que es imparable”, explicó Piojo, capitán del Unionistas de Salamanca, su marcador durante el duelo ante el Castilla. Al margen del derbi ante el Atlético, donde recibió más de una decena de faltas, Vinicius no ha tenido problemas. “En todos los lances ha sido muy humilde. Hemos hablado durante el partido. Le dije que si al final del encuentro le importaba darme la camiseta y me la dio”, desveló Piojo.
“Es un crío con mucho talento y el club lo está cuidando para que nos dé muchísimas alegrías”, dijo Santiago Solari, entrenador del Castilla, tras el último partido de Vinicius en Segunda B, el pasado 23 de septiembre ante la Cultural Leonesa. “Hay que arroparlo y acompañarlo para generarle las mejores condiciones. Tiene 18 años y se está adaptando. Queremos que pueda desarrollar su potencial lo antes posible”, expuso el argentino unas semanas antes, tras el debut de Vini, como le llaman en Valdebebas, en la categoría.
En el club esperan que el atacante se asiente definitivamente en Primera cuanto antes. Lopetegui se muestra más reacio, pero mientras Rodrygo espera en Brasil, las prisas con Vinicius ya aprietan en Chamartín.