El Congreso ha reanudado este martes sus sesiones con el mismo bloqueo político que antes de las vacaciones pero con un proyecto republicano con medidas “urgentes”.
9 de septiembre de 2020 – WASHINGTON – Telemundo.
El Congreso reinició este martes sus sesiones tal y como se marchó de vacaciones en agosto: con la tarea casi imposible, debido a las diferencias entre demócratas y republicanos, de negociar un quinto paquete de alivio económico para contrarrestar la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus.
Ante este bloqueo político, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo hoy que intentará someter a voto esta semana un plan de alivio a menor escala -de unos 500,000 millones de dólares- y centrado en la cobertura médica, el sistema educativo, y las ayudas de desempleo.
A diferencia de otras propuestas anteriores de los republicanos, este proyecto de ley no incluye la esperada segunda ronda de pagos directos de 1,200 dólares a las familias golpeadas financieramente por la pandemia.
La intención de este nuevo plan es dedicar recursos públicos a los asuntos “más urgentes”, según explicó McConnell, que quiere programar el voto “tan pronto como esta semana” para pasar luego la responsabilidad a la Cámara de Representantes, bajo control demócrata.
Una de las principales trabas para aprobar un gran paquete de alivio tiene que ver precisamente con su tamaño: los demócratas exigen una inversión de al menos 2,2 billones de dólares, mientras que los republicanos defienden limitarla a 1,3 billones.
Ambos partidos se han acusado mutuamente de intentar sabotear las negociaciones por motivaciones políticas, en unos momentos en que la pandemia del COVID-19 se ha cobrado más de 190,000 vidas y sigue causando un descalabro económico a las familias, con una tasa de desempleo del 8.4%.
Las negociaciones además se complican porque el propio Partido Republicano mantiene divisiones internas sobre si apoyar o no otro plan de alivio.
La Cámara de Representantes ya había aprobado a mediados de mayo un paquete de ayuda de poco más de tres billones de dólares, llamado “Heroes Act”, que incluía, entre otros elementos, otra ronda de cheques para familias, una expansión de los subsidios de desempleo, fondos para ampliar las pruebas del coronavirus, y más ayudas para los gobiernos locales y estatales.
Ese plan fue rechazado casi de inmediato por la Casa Blanca y sus aliados republicanos en el Senado, por lo que no logró una aprobación definitiva.
Los senadores republicanos propusieron en julio un plan de un billón de dólares que incluía nuevos préstamos para los pequeños negocios, más fondos para las pruebas y tratamiento contra el COVID-19, y protecciones legales para escuelas, negocios e instituciones contra demandas relacionadas con el coronavirus.
Pero la oposición demócrata, liderada por Nancy Pelosi en la Cámara de Representantes y Chuck Schumer en el Senado, insistió hoy que ese plan no sirve ni para iniciar las negociaciones, “y no irá a ninguna parte”.
“Este proyecto de ley raquítico sólo tiene la intención de ayudar a senadores republicanos vulnerables [en las elecciones] para mantener la apariencia de que no están secuestrados por el ala de la extrema derecha que no quiere gastar un centavo para ayudar a la gente”, dijeron Pelosi y Schumer en una declaración conjunta.
Los demócratas han advertido además de la posibilidad de recortes en los servicios públicos si los gobiernos locales y estatales no reciben la ayuda que necesitan. La Asociación Nacional de Gobernadores calcula que requerirán un mínimo de 500,000 millones, y se ha hecho eco de las advertencias de los economistas de que una reducción en los servicios agravará la crisis económica.
Según observadores, es poco probable que el nuevo plan republicano consiga los 60 votos mínimos necesarios para su aprobación en el Senado.
Sin embargo, el tiempo apremia y varios de los elementos incluidos en el paquete de alivio económico de marzo ya caducaron, entre éstos la extensión de 600 dólares adicionales en subsidios de desempleo semanales, el plazo para solicitar préstamos empresariales, y una moratoria en los desalojos.
Amenaza de cierre del gobierno
En paralelo a estas negociaciones, el Congreso también afronta presiones para aprobar cuanto antes un proyecto de ley de gastos para evitar un cierre parcial del gobierno federal el 1 de octubre, cuando comienza el nuevo año fiscal.
El Gobierno está a punto de agotar sus fondos y, sin la ayuda del Congreso, tendría que cerrar sus operaciones no relacionadas con la seguridad nacional y hacer planes de contingencia por la posible suspensión de miles de empleados públicos.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo el domingo que la Casa Blanca ha logrado un principio de acuerdo con los demócratas para financiar las operaciones del Gobierno hasta finales de diciembre, pero no dio más detalles.
Mnuchin, quien lidera esas negociaciones paralelas, expresó confianza en que se ultimen los detalles de la resolución de gastos esta misma semana.