El Gobierno capitalino ha confirmado que los reos, sobre los que pesaba un proceso de extradición a Estados Unidos, huyeron con ayuda de varios custodios
30 de enero de 2020 – México – Agencias.
Eran las 5.50 de la madrugada del miércoles en el Reclusorio Sur de Ciudad de México. Una camioneta grande y blanca se disponía a salir de la prisión para trasladar a un reo al Hospital Rubén Leñero, a 30 kilómetros al norte de la capital mexicana. Pero en el vehículo no iba solo un preso. Otros tres prisioneros, vinculados al cartel de Sinaloa, estaban en su interior. Los delincuentes, requeridos por Estados Unidos y entre los que se encontraba el operador financiero de los hijos de El Chapo Guzmán, burlaron las medidas de seguridad del centro penitenciario con ayuda de varios custodios.
El escape ha puesto en aprietos a la Administración de Claudia Sheinbaum, la Jefa de Gobierno de la capital, de la cual depende el centro penitenciario. Este jueves, las autoridades locales han dado a conocer los detalles que permitieron la evasión, que recuerda nuevamente la facilidad con la que el brazo corruptor de la delincuencia doblega a las autoridades mexicanas.
Las cinco esclusas que comunicaban a las celdas de los reos, dos de Sinaloa y uno más de Nayarit, se encontraban abiertas y sin candados. En el trayecto habían varios barrotes rotos y los prófugos utilizaron cizallas para cortar cables. El último obstáculo antes de conseguir la libertad era una barda, que sortearon con una pequeña escalera. Allí la camioneta les esperaba. Todo el recorrido fue capturado por las cámaras de seguridad y algunas de estas imágenes fueron reveladas este jueves.
Así escaparon Luis Fernando Meza González, Víctor Manuel Félix Beltrán alias El Vic, y Yael Osuna Navarro. Los tres aguardaban un proceso de extradición para ser enviados a Estados Unidos, donde enfrentan juicios por delitos contra la salud pública y asociación delictiva. El Vic, detenido en 2017, era uno de los cerebros financieros de los hijos de El Chapo, quienes han quedado en la cúpula del cartel tras la sentencia que su padre cumple a perpetuidad en una prisión estadounidense de máxima seguridad.
No hubo novedad en el último pase de lista que se hizo el martes en el reclusorio, a las 19.30. Doce horas después, el miércoles por la mañana, la lista no arrojó ninguna irregularidad. Pero los tres reclusos ya faltaban. A las 8:00 horas, cuando entró el tercer turno de custodios, fue que se reportó la fuga. Allí comenzó el protocolo de evasión, que consiste en cerrar todas las entradas y salidas. Las autoridades desplegaron 350 policías en 25 puntos de la ciudad. Pero el operativo no fue exitoso. Los internos bajaron de la camioneta en el trayecto rumbo al hospital en tres puntos sin definir.
“Todos estamos bajo investigación”, ha asegurado este jueves Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobierno de Ciudad de México, en una conferencia junto a Sheinbaum y el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch. Rodríguez pidió la inmediata dimisión del director del Reclusorio Sur, Omar Tonatiuh Zamora Mendoza y del jefe de custodios del penal.
Hasta el momento, 22 funcionarios de todos los niveles han dado su declaración. Ocho custodios han sido detenidos porque se cree tienen vínculos con el cartel de Sinaloa e intentaron sobornar a más servidores públicos, según ha informado este jueves Ulises Lara, vocero de la fiscalía local.
Sheinbaum ha criticado duramente al Poder Judicial. La Jefa de Gobierno ha indicado que hay presos del fuero federal que no deberían estar en cárceles de la capital. Sin embargo, están allí porque solicitaron amparos o porque fueron enviados por los jueces. “No nos parece adecuado que se den amparos a presos que deberían estar en prisiones de alta seguridad”, ha dicho la jefa de Gobierno.
Esto ha hecho que las sospechas recaigan en algunos juzgadores, que ya están siendo investigados. Entre ellos figura Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, quien envió a Julio César Estrada al Reclusorio Sur. También son investigados los jueces federales Ganter Alejandro Villar Ceballos y Marco Vargas Solano por autorizar el traslado de Víctor Manuel Félix al mismo centro. El Vic tenía una orden judicial para permanecer en esa prisión, ha asegurado Rodríguez.
En Ciudad de México hay 13 cárceles, muchas en condición de hacinamiento, donde conviven 24.765 internos. Solo 70 están en proceso de extradición, un grupo prioritario sobre todo en el combate internacional al narcotráfico.
La corrupción y anarquía dentro de los penales mexicanos no es un fenómeno nuevo. Desde las cárceles de la capital se hacen cada día más de cien llamadas de extorsión, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia. A la mala reputación del centro se le añade este episodio de una nueva fuga de tres peligrosos delincuentes del crimen organizado.