Fidel Ávila Gómez fue hallado con heridas de bala. Al menos 154 periodistas han sido asesinados en el país desde 2000
9 de enero de 2020 – México – Agencias.
El conductor y empresario de radio Fidel Ávila Gómez se convirtió en el primer comunicador asesinado en México en 2020, después de que la Fiscalía del Estado mexicano de Michoacán —localizado en el oeste del país— informara este miércoles de que su cuerpo había sido encontrado en una zona rural con heridas de bala. Las autoridades locales informaron de que han iniciado las investigaciones para esclarecer la muerte de Ávila Gómez, en un país donde el periodismo es una profesión de alto riesgo, con 154 periodistas asesinados desde 2000, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
La Fiscalía de Michoacán señaló que el comunicador había sido reportado como desaparecido por sus familiares el 2 de diciembre, y que fue visto por última vez el 29 de noviembre, cuando Ávila Gómez dejó la localidad de Huetano para asistir a un evento en un municipio del Estado de Guerrero, localizado en el suroeste de México. Ávila Gómez, de 46 años, además de locutor, era gerente de la radioemisora local La Ke Buena. La CNDH condenó el homicidio y exigió a las autoridades que realicen una investigación exhaustiva “con especial atención en la posible relación con sus labores en el medio radiofónico para que no haya impunidad”.
La CNDH informó de que el 3 de diciembre solicitó a la Secretaría General de Gobierno y a la Fiscalía General del Estado de Guerrero “la implementación de medidas cautelares, a efectos de que se realizaran las acciones correspondientes e idóneas para la búsqueda y localización” de Ávila Gómez. Por su parte, un representante de la organización Artículo 19 dijo que desde que se dio a conocer la desaparición del locutor iniciaron la documentación del caso. “No hemos cerrado esa documentación para encontrar elementos que puedan relacionar los hechos como un posible ataque en contra del medio”.
México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. La CNDH registra 154 reporteros asesinados desde el año 2000, mientras que la organización Artículo 19 ha documentado 24 reporteros que permanecen desaparecidos en el país norteamericano desde 2003. Un informe publicado el año pasado por este organismo denuncia que los seis años de Gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) fueron los más letales para los periodistas, con 47 reporteros asesinados. En lo que va de la Administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, la organización registra 11 casos de periodistas asesinados.
El año pasado se registraron 544 agresiones contra la prensa, además hay 790 periodistas y defensores de derechos humanos que se encuentran bajo amenaza de muerte en México por realizar su trabajo. “El país que dejó Peña Nieto es el más peligroso para ejercer el periodismo en el continente. El clima de miedo causado por estos delitos y violaciones a derechos humanos, que se cometen con total impunidad —y en la mayoría de las ocasiones con participación de las autoridades—, es desmedido y el número de voces e historias que han sido silenciadas por el miedo constituyen pérdidas imposibles de calcular”, advierte la organización. “La violencia ha penetrado las redacciones y se ha convertido en una forma de vida de las y los periodistas, ocasionando miedo y autocensura”, agregan desde el organismo, que además recuerda que en México “diversas localidades se han convertido en zonas silenciadas debido a la penetración de las organizaciones criminales”.
Una de las mayores preocupaciones de las organizaciones que defienden los derechos humanos en México es la vulnerabilidad con la que los reporteros ejercen su profesión, pero también la impunidad que predomina en la mayoría de los asesinatos de reporteros. Uno de los casos más destacados es el del periodista Javier Valdez, considerado el gran cronista del narcotráfico en el Estado de Sinaloa, quien fue asesinado en mayo de 2017 a plena luz del día en Culiacán, la capital del Estado, después de que unos hombres interceptaran su vehículo. El crimen sigue impune y el año pasado la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó su preocupación por “la lentitud en la investigación y juzgamiento del asesinato del periodista mexicano”.