1 de junio de 2023 – Los Ángeles (EE.UU.) – EFE.
La enfermera que atendió a la niña que murió bajo custodia de las autoridades migratorias de EE.UU. el mes pasado negó en “tres o cuatro ocasiones” las solicitudes para llamar una ambulancia o trasladar a la menor a hospital, informó este jueves la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Anadith Tanay Reyes Álvarez, de 8 años, falleció el 17 de mayo cuando estaba bajo custodia de la Patrulla Fronteriza junto con sus padres y sus 2 hermanos mayores en las instalaciones de Harlingen (Texas).
La Oficina de Responsabilidad Profesional (OPR) de CBP asumió la investigación y este jueves entregó un nuevo informe.
OPR explicó que debido a que el sistema de grabación de video en la estación de Harlingen no funcionaba, la nueva información en el caso se ha obtenido a través de entrevistas a los agentes de CBP y el personal médico que interactuó con la menor y su mamá.
Se determinó que entre la tarde del 14 de mayo, cuando la familia hondureña arribó a Harlingen, y la mañana del 17 de mayo, la madre buscó atención para la niña al menos 9 veces por síntomas similares a los de la influenza.
Un día antes de su muerte, la pequeña registró una temperatura mayor a los 40 grados centígrados. A pesar de la condición de la niña y las preocupaciones de la madre “el personal médico contratado no la trasladó (el 16 de mayo) a un hospital para recibir atención de mayor nivel”, subrayó la agencia.
El 16 de mayo la niña fue tratada con bolsas de hielo, medicamentos para reducir la fiebre y una ducha fría.
Al día siguiente (17 de mayo), la niña fue atendida por una enfermera practicante en 4 ocasiones después de quejarse de dolor de estómago, náuseas y dificultad para respirar.
La enfermera admitió que “rechazó tres o cuatro solicitudes” de la madre de la niña para llamar a una ambulancia o llevar a la pequeña a un hospital.
Después de la cuarta visita, la madre regresó cargando a la niña en sus brazos cuando al parecer sufría de una convulsión. Poco después dejó de responder y fue hasta ese momento que se llamó al servicio de emergencia y la niña fue trasladada al hospital donde fue declarada muerta.
La pequeña había ingresado a Estados Unidos junto con sus padres y sus hermanos, de 13 y 14 años, el 9 de mayo por un área cercana al puerto de entrada Gateway International Bridge en Brownsville (Texas).
La familia fue enviada al centro de procesamiento de CBP en Donna (Texas) la mañana del 10 de mayo, donde todos fueron evaluados médicamente. Los registros indican que ese día la niña no se quejó de ninguna enfermedad o lesión aguda, pero la familia proporcionó un historial médico que detallaba las condiciones crónicas de anemia de células falciformes y enfermedad cardíaca.
En la tarde del 14 de mayo la niña se quejó de dolor abdominal, congestión nasal y tos. Tras practicársele exámenes, la niña fue diagnosticada con influenza tipo A y se le recetaron medicamentos para tratar esta condición.
En esta consulta, el personal médico documentó que la niña tenía problemas médicos que incluían miocardiopatía (señalando que la niña se había sometido a una cirugía cardiaca a la edad de cinco años), sobre la cual la familia informó que se había mantenido estable desde la operación, pero requería atención de un cardiólogo.
Con base en los protocolos de la agencia, el 14 de mayo se transfirió a toda la familia a la estación de Harlingen.
La revisión de OPR ha determinado que ni los agentes de CBP o personal médico de Harlingen reconoció que sabía sobre sus problemas de salud previos.