“Los acusados supuestamente llevaron a cabo una guerra informativa contra EEUU con la meta establecida de difundir desconfianza contra los candidatos y contra el sistema político”
16 de febrero de 2018 – Agencias.
El fiscal especial Robert Mueller, que investiga la denominada trama rusa, acusó hoy a trece ciudadanos y tres entidades de Rusia de haber lanzado “una guerra informativa” en Internet para dividir a la sociedad estadounidense e influir en las elecciones de 2016 que llevaron a la presidencia a Donald Trump.
“Los acusados supuestamente llevaron a cabo una guerra informativa contra EEUU con la meta establecida de difundir desconfianza contra los candidatos y contra el sistema político”, dijo en rueda de prensa el “número dos” del Departamento de Justicia, Rod Rosenstein, que supervisa la investigación rusa.
Los acusados comenzaron a actuar en 2014 y su objetivo era “sembrar la discordia” en el sistema político de EEUU, incluidas las elecciones, y entre sus operaciones figuró dar apoyo al ahora presidente, el republicano Donald Trump, y perjudicar a la candidata demócrata, Hillary Clinton.
Según EEUU, en su objetivo por sembrar el caos, los acusados también apoyaron a Bernie Sanders, rival de Clinton durante las primarias demócratas, y emprendieron acciones contra los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, rivales de Trump durante las primarias para la nominación presidencial republicana.
El escrito de acusación establece que algunos de los acusados interactuaron con estadounidenses asociados con la campaña de Trump, cuyos nombres no menciona y que no se dieron cuenta de que estaban siendo manipulados.
“Desde 2014 y hasta ahora, los acusados conspiraron para defraudar a Estados Unidos para afectar, obstruir y derrotar sus posiciones legales como Gobierno mediante el fraude y el engaño con el objetivo de interferir en el sistema político de EEUU, incluidas sus elecciones presidenciales de 2016”, se indica en el escrito de Mueller.
Por su parte, Trump reiteró hoy que su campaña para las elecciones presidenciales de 2016 “no hizo nada malo” y consideró que los cargos presentados por Mueller muestran que no hubo confabulación con el Kremlin.
“Rusia comenzó con su campaña contra EEUU en 2014, mucho antes de que yo anunciara que me presentaba para ser presidente. Los resultados de las elecciones no se vieron afectados. ¡La campaña de Trump no hizo nada mal, ¡no hubo colusión”, dijo Trump en su cuenta de la red social Twitter.
De los trece individuos contra los que presentó cargos Mueller, doce trabajaron en algún momento para la empresa Internet Research Agency, con sede en San Petersburgo (Rusia).
Según el fiscal especial, los acusados se hacían pasar por activistas estadounidenses y usaban identidades ficticias en redes sociales para ponerse en contacto con ciudadanos de EEUU y pedirles su apoyo en diferentes causas políticas, como por ejemplo, para ayudar a Trump a “reforzar las fronteras”.
Una vez que reunían la información sobre esos estadounidenses, Internet Research Agency se encargaba de recopilar sus identidades.
La empresa elaboró una lista y, a finales de agosto de 2016, ya disponía de información de contacto, como usuarios en redes sociales, de cien ciudadanos de EEUU, así como un resumen de sus preferencias políticas y la actividad de movilización política para la que había pedido su colaboración.
El fiscal sitúa a Internet Research Agency en el centro de la conspiración y afirma que tenía millones de dólares de presupuesto a su disposición para lograr su meta declarada, que era “difundir la desconfianza hacia los candidatos y hacia el sistema político en general”, según aparece en el escrito.
Para lograr sus objetivos, los acusados viajaron al menos a 8 de los 50 estados de EEUU y, en esos viajes, trabajaron con un estadounidense, al que no identifican.
Ese estadounidense les ayudó a entender cuáles eran los estados que podrían tener un mayor peso en el resultado de las elecciones y entre los que figura Colorado, Virginia y Florida.
Según el escrito, los acusados organizaban manifestaciones, usando siempre la misma técnica: compraban anuncios en Facebook, pagaban a personas en EEUU para que participaran y, luego, se comunicaban con personas y grupos que apoyaban a Trump para que acudieran a la manifestación.
Incluso después de las elecciones de noviembre de 2016, los acusados usaron identidades falsas para organizar y coordinar una manifestación en Nueva York en favor de Trump, mientras organizaban al tiempo otra marcha con el lema “Trump no es mi presidente”.
El objetivo era sembrar el caos y, para ello, usaron todos los medios en su poder, según el escrito de Mueller.
Ninguno de los acusados está bajo custodia de las autoridades estadounidenses y Rusia no suele extraditar a sus ciudadanos a Estados Unidos, por lo que, en la práctica, estas acusaciones les impedirán viajar fuera de Rusia por miedo a acabar en un país que acceda a las peticiones de extradición de EEUU.
Mueller ocupa desde mayo de 2017 el cargo de fiscal especial, desde donde investiga la injerencia de rusa y los supuestos lazos entre Rusia y la campaña presidencial de Trump.
Hasta el momento, la investigación de Mueller sobre la trama rusa ha llevado al enjuiciamiento de cuatro personas relacionadas con el mandatario: su exasesor de seguridad en la Casa Blanca Michael Flynn; su exjefe de campaña Paul Manafort; su “número dos” en la campaña Rick Gates; y otro exasesor, George Papadopoulos, que trabajó para el magnate durante las elecciones.