Ante el avance del coronavirus, la Administración podría recomendar a todos los ciudadanos a que lleven máscaras faciales
3 de abril de 2020 – Nueva York – Agencias.
La Casa Blanca podría aconsejar el uso de mascarillas entre la población como una medida extra para combatir el crecimiento exponencial del coronavirus en Estados Unidos. Con 257.770 casos a nivel nacional y más de 6.000 muertos, el discurso de las autoridades sanitarias parece enfilar ya por la vía de las medidas más drásticas. Las predicciones apuntan entre 100.000 y 240.000 muertos en las próximas semanas.
Algunos modelos matemáticos proyectan varios millones de decesos por el coronavirus. Incluso si la ola se mantuviera en el punto más bajo y las consecuencias fueran las más leves posibles el país estaría a punto de sufrir más bajas que en la guerra de Vietnam. El 11-S quedó atrás hace ya muchos días. Pero es que además el virus, extremadamente contagioso, podría propagarse sin necesidad de que la gente tosa o estornude. Bastaría con que alguien hable.
Por más que hace apenas cinco días la Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía insistía en que el virus sólo puede transmitirse por las gotitas que expulsa una persona enferma cuando tose, estornuda o habla y negaba la posibilidad de que las partículas puedan mantenerse en el aire durante horas. Por supuesto se trata de una enfermedad descubierta hace apenas cuatro meses, y las directrices cambian al ritmo en que la evidencia científica rellena poco a poco las lagunas.
El doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE UU, ha comentado que el Gobierno efectivamente discute la posibilidad de recomendar el uso generalizado de máscaras. De confirmarse supondría un cambio de política radical, dado que durante meses tanto el Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades de EE UU (CDC) como la OMS enfatizaron que había que reservar las mascarillas para el personal sanitario y/o los pacientes del coronavirus y sus cuidadores.
El mensaje del CDC era, y todavía es, definitivo: «No es necesario que use una máscara facial a menos que esté cuidando a alguien que esté enfermo (y que no pueda usar una). Las máscaras faciales pueden ser escasas y deben guardarse para los cuidadores». La OMS, el día 30 de marzo, insistía en que las máscaras deben reservarse para los enfermos y sus cuidadores en casa, especialmente ahora que los hogares parecen haberse convertido en la primera vía de transmisión de la enfermedad.
Algo que, por ejemplo, corroboran los primeros datos recopilados en Nueva York, donde el coronavirus está haciendo estragos en los barrios de inmigrantes, donde varias familias pueden compartir una misma vivienda y donde resulta casi imposible practicar las medidas de confinamiento.
¿Falsa seguridad?
En segundo lugar la OMS ha recomendado siempre que las mascarillas sean destinadas a los trabajadores de la salud, médicos, enfermeros, ats, conductores de ambulancias, etc., dada su extrema cercanía con la enfermedad. Al mismo tiempo, tal y como reconocía Linda Lacina para el Banco Mundial, la OMS, y las autoridades sanitarias en EE UU, temen que las máscaras proporcionen una sensación de falsa seguridad. Entre otras cosas porque las más comunes protegen con dificultad y porque los profanos pueden relajar las precauciones más decisivas, como tocarse el rostro.
En el bando de la OMS está el comisionado de salud de Nueva York, Howard Zucker, que asegura que «no hay datos que respalden el uso de máscaras faciales». Y puesto que no hay datos, entiende, lo mejor es reservar los stocks para los “trabajadores de la salud”.
Y el gobernador, Andrew Cuomo, teme, que las máscaras den «una falsa sensación de seguridad». «¿Podrían ayudar? Creo que es justo decir que sí, pero es mejor que no tengan una falsa sensación de seguridad, de que ya no es necesario distanciarse socialmente y que no necesitan tomar las precauciones normales».
Pero todo apunta a que en los próximos días el Gobierno de EE UU acabe por recomendar a sus ciudadanos el uso de máscaras. Exactamente igual, por cierto, que han hecho varios de los países del sureste asiático que hasta el momento mejor han lidiado con la enfermedad. El doctor Fauci, por otro lado, ha pedido que el Gobierno federal instaure el confinamiento en todo el país.
Una petición que vuelve a colocarle en el punto de mira de quienes, entre los asesores presidenciales, consideran que ejercer en demasía como verso libre y que sus intervenciones, mucho más contundentes que las del propio Trump, abren grietas en el frente gubernamental.