El canciller argentino, Felipe Solá, ha asegurado que el expresidente llegó al país sudamericano “para quedarse”
12 de diciembre de 2019 – Buenos Aires – Agencias.
Evo Morales ya está en Argentina. El expresidente boliviano se trasladó al país sudamericano en un vuelo procedente de Cuba. Llegó al aeropuerto internacional de Ezeiza poco antes de las 11 de la mañana y su ingreso se produjo en calidad de asilado político, pero tenía previsto solicitar de inmediato la condición de refugiado. “El refugio lo concede el Ministerio del Interior y está reglamentado”, explicó Felipe Solá, nuevo canciller argentino. Solá, que aseguró que el exmandatario “llegó para quedarse”, explicó a la cadena de noticias TN que el reglamento de refugiados exigía una serie de normas, entre ellas la de que Morales se comprometiera a no realizar declaraciones políticas mientras permaneciera en Argentina.
La Comisión Nacional para los Refugiados de Argentina define al refugiado como “una persona que se encuentra fuera de su país debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, y no puede, o no quiere, debido a dichos temores, acogerse a la protección de su país”.
“Hace un mes llegué a México, país hermano que nos salvó la vida, estaba triste y destrozado. Ahora arribé a Argentina, para seguir luchando por los más humildes y para unir a la patria grande. Estoy fuerte y animado. Agradezco a México y Argentina por todo su apoyo y solidaridad”, ha escrito Morales en su cuenta de Twitter. El ex presidente llegó a Buenos Aires a bordo de un vuelo regular de Aeroméxico, en clase turista, acompañado por su ex canciller, Diego Pary Rodríguez, y su ex ministra de Salud, Graciela Montaño. El ex vicepresidente Álvaro García Linera tenía previsto llegar a Buenos Aires más tarde, en otro vuelo regular.
Morales renunció a la presidencia de Bolivia el pasado 10 de noviembre, presionado por la oposición y el Ejército después de que una auditoría de la Organización de Estados Americanos detectara “serias irregularidades” en las elecciones celebradas el 20 de octubre. Morales se proclamó vencedor de las elecciones en primera vuelta pese a las sospechas que suscitó el recuento y se disponía a iniciar un cuarto mandato cuando una revuelta popular, dirigida por la oposición conservadora, y una insólita recomendación del jefe de las Fuerzas Armadas le empujaron al exilio.
Evo Morales ya había forzado la ley antes de las elecciones. Perdió un plebiscito en el que pedía autorización para presentarse de nuevo como candidato, pese a que la Constitución lo prohibía; se negó a acatar el resultado y logró una autorización judicial basada en el principio de que concurrir a unas elecciones era un “derecho humano” no susceptible de limitaciones.
El dirigente boliviano se refugió inicialmente en su feudo de Cochabamba. Luego voló hacia México, donde se le concedió asilo político, en un complicado viaje a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Mexicana que tuvo que hacer escala en Asunción (Paraguay) porque Perú le negó el derecho a sobrevolar su territorio.
Dos de los hijos de Morales, Evaliz y Álvaro, viajaron a Argentina el 23 de noviembre en un vuelo comercial y como simples turistas. El expresidente expresó de inmediato su deseo de reunirse con ellos y establecerse en Argentina, un país fronterizo con Bolivia donde le resulta mucho más fácil mantener contacto con los miembros de su partido, el Movimiento al Socialismo, que participará en unas próximas elecciones para las que aún no hay fecha.
Alberto Fernández,en ese momento aún presidente electo, le garantizó a Evo Morales que le ofrecería refugio en cuanto asumiera el cargo. Fernández se convirtió en presidente el pasado martes. Dos días después, tras una breve estancia en Cuba, Morales ha llegado al país. Por el momento no se había previsto ninguna reunión entre Fernández y Morales, pero fuentes diplomáticas indicaron que probablemente se celebraría pronto un encuentro.
El canciller Felipe Solá recordó que el nuevo gobierno argentino no reconoce al gobierno boliviano encabezado por Jeanine Áñez, que el Parlamento de La Paz aprobó en circunstancias irregulares por falta de quorum ya que los representantes del Movimiento al Socialismo, el partido de Morales, se negaron a participar. “Para nosotros, en Bolivia hay un gobierno de facto, no usaría otro adjetivo”, comentó Solá.
El subsecretario para Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Michael Kozak, que asistió a la toma de posesión de Alberto Fernández y el miércoles almorzó con él, declaró a su vez a través de Twitter que Evo Morales renunció “porque sabía que el pueblo boliviano no aceptaría una elección fraudulenta, con serias irregularidades como alteraciones en las actas y falsificación de firmas por parte de sus funcionarios electorales”. Estados Unidos sí reconoce, de forma entusiasta, al gobierno de Áñez.