3 de septiembre de 2020 – por: El Director.
Son muchas las personas con las que hablamos acerca del COVID-19, tanto en nuestro círculo familiar como de amistad y no pasa un día en que las redes sociales y los medios no se mencione algo referente al coronavirus. Esto realmente no tendría importancia, ya estamos aprendiendo a convivir con las regulaciones que se toman frecuentemente para nuestra protección y las de los demás y con las notas estadísticas referentes a los números de infectados y desafortunadamente de fallecidos que ocurren a diario. Lo que realmente es muy preocupante es la cantidad de falsedades que rodean todo lo que tiene que ver con esta pandemia y esta desinformación causa mucho daño y son muchas las personas que creen a ciencia cierta todo lo que ven por internet y algunos medios.
Antes de hablar de algunos mitos y falsedades centrémonos en el contexto coronavirus a la fecha.
¿En que estamos con respecto a una inmunización y tratamiento de la infección?
Hasta este mes que inicia, todavía no tenemos una vacuna que realmente este disponible para todos, si, es verdad que ya se están haciendo pruebas en humanos y que algunos países ya inician vacunaciones a varios grupos de personas, pero esto es más para conocer resultados antes de iniciar con una vacunación a gran escala. Aquí hay que anotar algo muy importante: aparte de que, si esta o aquella vacuna es la más efectiva, ninguno podemos conocer a ciencia cierta cuales pudieran ser las consecuencias, si las hay, a largo plazo de la vacuna. Tampoco podemos saber por cuanto tiempo nos puede inmunizar, ni tampoco, si al igual que sucede con el virus de la influenza, solo actúa sobre un tipo de gripe, tendríamos que vacunarnos dependiendo del tipo de coronavirus que apareciera y esto solo se pudiera conocer con el tiempo. Incluso, del coronavirus SARS-CoV-2 es poco lo que conocemos con respecto a su comportamiento futuro y de las secuelas que pudiera dejar en las personas que ya no lo tienen. Un porcentaje significativo de los curados y que ya no arrojan resultados positivos en las pruebas, continúan teniendo algunos de los síntomas que aparecieron durante su convalecencia, como, por ejemplo: perdida del olfato, fatiga, estrés, problemas respiratorios, dolores en los músculos y huesos, etc.
Ahora, con respecto a la vacuna, se ha especulado con lo que pudiéramos llamar algo parecido a teorías conspirativas. Teorías lejos de la verdad y quiero aquí mencionar solo algunas de las más comunes e invitar a la comunidad a que no crea todo lo que se dice acerca del COVID-19.
Declaración falsa: Una vacuna contra la enfermedad COVID-19 modificará genéticamente a los humanos. Eso no es más que un mito, que a menudo se propaga intencionadamente por los activistas contra la vacunación para generar confusión y desconfianza. Según científicos conocedores del tema, la modificación genética implicaría la inserción deliberada de ADN ajeno en el núcleo de una célula humana, y las vacunas sencillamente no hacen eso. Las vacunas funcionan entrenando al sistema inmunológico para que reconozca a un patógeno cuando intenta infectar el cuerpo. Esto se hace principalmente mediante la inyección de antígenos virales o virus vivos debilitados que estimulan una respuesta inmunológica a través de la producción de anticuerpos. Hay muchos ensayos en curso para una vacuna del COVID-19 en todo el mundo, y algunos exploran la posibilidad de una vacuna de ADN, que puede ser el origen de esta falsa afirmación.
Otra: Se decía que Bill Gates tiene un proyecto de vacunas con microchips para controlar a la población, que la “farmacéutica” GAVI le pertenece y que es responsable de miles de víctimas en todo el mundo por las vacunas que subvenciona y que algunas vacunas tienen metales tóxicos o adyuvantes ilegales. Estas afirmaciones son totalmente falsas.
Otros ponen en duda la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2 asegurando falsamente que la COVID-19 “no mata”, que las vacunas “no son necesarias”, que “los test PCR no sirven” o que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda el uso de mascarillas para personas sanas, entre otras afirmaciones. Todas estas son falsas y no hacen más que causar desconfianza y colocarse en peligro de infección quienes a si lo promulgan y a los que los rodean.
No hay evidencias científicas de que la vacuna contra la gripe aumente el riesgo de infección por coronavirus o de padecer un caso de COVID-19 más grave.
Durante los últimos días, los bulos (las mentiras) sobre el uso de mascarillas (te recordamos que no causan hipoxia ni hipercapnia, que no hacen de tu cuerpo el entorno ideal para el desarrollo de un cáncer y que sí son útiles y necesarias para minimizar el riesgo de contagio) han cedido el paso a nuevos protagonistas de la desinformación: una de ellas es la falsa teoría que apunta a la vacuna de la gripe como posible causa de la gravedad y virulencia de la pandemia. En la versión más extrema de esta falsa teoría se encuentra la idea conspirativa de que el coronavirus se ha inyectado junto a dicha vacuna. (¿?). Podría seguir con muchas más falsedades que a diario aparecen en las redes, pero por favor: no caiga en manos de estas personas inescrupulosas que quieren atemorizar y causar desconfianza NO existen curas milagrosas ni enjuagarse la nariz con solución salina y hacer gárgaras con enjuague bucal, pueden prevenir el contagio del coronavirus, ni el limón, ni el jengibre, ni el ajo, ni los antibióticos, ni los remedios caseros pueden prevenir y mucho menos curar el coronavirus. Lo que hasta ahora a dado resultado para prevenir el contagio es el uso de la máscara, el distanciamiento social y el lavado de manos frecuentemente. Esperemos la vacuna, es definitivamente lo único que pudiera protegernos del contagio.
El Director
Ing. Jairo Vargas
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