El ciclón más potente que ha afectado al Estado en el último siglo ha hecho soplar el viento a 250 kilómetros por hora y ha provocado destrozos e inundaciones
10 de octubre de 2018 – Washington – Agencias.
La furia devastadora del huracán Michael, con vientos sostenidos de hasta 250 kilómetros por hora, arrolló este miércoles el noroeste de Florida, provocando al menos una muerte y severos destrozos e inundaciones. El huracán es el más potente registrado en Florida en al menos un siglo. Si se mide por la baja presión atmosférica, es el tercer huracán más intenso en azotar al Estados Unidos continental y, por la velocidad del viento, es el más grave desde el huracán Andrew en 1992. Michael llegó a Florida considerado un huracán de categoría 4 dentro de una escala de 5, pero posteriormente al ceder ligeramente la fuerza del viento cayó a la categoría 3, según avanzaba hacia Alabama y Georgia.
Michael, que se fue fortaleciendo en los últimos días gracias a las cálidas temperaturas de las aguas del golfo de México, tocó tierra en Mexico Beach alrededor de las 12.30 hora local, en la zona noroeste de Florida, conocida como Panhandle (mango). Esa pequeña localidad, de menos de 2.000 habitantes, quedó totalmente anegada por el embate de la subida del nivel del mar. Cerca de dicha ciudad, al oeste de Tallahassee, falleció la primera víctima de Michael. Hay “una muerte relacionada con el huracán”, informó Olivia Smith, oficial de la Junta de Comisionados del condado de Gadsden, y agregó que el incidente estuvo “relacionado con los escombros. Hubo un árbol involucrado”, según publica AFP.
Imágenes y vídeos de residentes muestran casas completamente hechas añicos, edificios sin azotea o prácticamente ocultos por el avance devastador del agua. “Parece una zona de guerra”, dijo a la cadena CNN Linda Albrecht, integrante del consejo municipal de Mexico Beach. Más de 311.000 hogares y negocios en Florida, Georgia y Alabama se quedaron sin electricidad después de que el fenómeno meteorológico tocara tierra. Se estima que entre 100.000 y 200.000 personas puedan verse afectados sin luz elécrica en todo Florida.
En la turística Panama City, otra de las ciudades más golpeadas, la fuerza arrolladora del viento se llevó por delante todo lo que pudo. Como en un tornado, volaban ferozmente trozos de madera de casas, estallaban ventanas de edificios, caían postes de luz y las palmeras eran zarandeadas violentamente como si fueran de plastilina.
Tras tocar tierra, el huracán se movía a una velocidad de 22 kilómetros por hora mientras daba un giro hacia el noreste. Sin apenas perder un atisbo de intensidad, avanza por Florida y hacia los Estados de Alabama, Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte. El viernes se espera que se convierta en una tormenta tropical. Unas 375.000 personas de más de 20 condados recibieron órdenes de evacuación. Al menos 4.000 personas están protegidas en refugios de la Cruz Roja.
Las autoridades habían advertido de que las inundaciones podrían llegar hasta los cuatro metros de altura y habían calificado los fuertes vientos de potencialmente “catastróficos”. Michael se fortaleció durante la madrugada del miércoles y se convirtió en un fenómeno “extremadamente peligroso”, según el Centro Nacional de Huracanes de EE UU (NHC, siglas en inglés). Sin lugar a dudas, es el fenómeno meteorológico más fuerte del año en Estados Unidos. El reciente huracán Florence, que afectó principalmente a Carolina del Norte dejando decenas de muertos, bajó de categoría 4 a 1 nada más tocar tierra.
Poco antes de que hacer contacto con la costa, el administrador de la agencia federal de emergencias, Brock Long, advirtió de que Michael iba a ser el peor huracán en esa área de Florida desde al menos 1851. Long alertó de que la mayoría de edificios construidos antes de 2002 no están preparados para resistir vientos de esa potencia.
“Estamos absolutamente preparados, la única gran prioridad es salvar vidas”, dijo el presidente estadounidense, Donald Trump, en un acto en la Casa Blanca. El republicano, que tiene previsto visitar la zona afectada el domingo o el lunes, aseguró que las autoridades tienen almacenadas grandes cantidades de comida y agua que se distribuirán “inmediatamente” tras la tormenta.
El gobernador de Florida, Rick Scott, ha urgido a la población durante los últimos dos días a abandonar la zona, pero este miércoles por la mañana les informaba de que ese momento ya había pasado y les recomendaba buscar refugio porque el tiempo para evacuar por carretera o cualquier otro medio había pasado. El político republicano fue tajante: “Es demasiado tarde para huir. No salga a la calle en medio de esto (…) No va a sobrevivir. Es mortal”, dijo. “A lo largo de nuestra costa, las comunidades verán una devastación inimaginable”, advirtió.
Trump ha declarado el estado de Emergencia para la totalidad de Florida, abriendo la puerta a la asistencia federal, apoyada por las agencias de respuesta ante emergencias tanto estatales como locales. También hay declaraciones similares en partes de Alabama, Georgia y Carolina del Sur. Los avisos y recomendaciones de vigilancia del NHC por Michael abarcan Florida, Alabama, Misisipi y las dos Carolinas (aún afectadas por el paso del huracán Florence).
Cerca de 2.500 integrantes de la Guardia Nacional de Florida han sido movilizados y están preparados para participar en operaciones de ayuda humanitaria, el mantenimiento de la seguridad y búsqueda y rescate de personas. Cuentan con más de 1.000 vehículos especiales para inundaciones, 13 helicópteros y 16 embarcaciones.
Parte del impacto de Michael se notó de antemano en la producción energética y las plataformas petrolíferas marítimas del golfo de México. Las compañías se vieron forzadas a recortar el martes un 40% la producción de crudo y cerca de un 30% la de gas natural.