9 de noviembre de 2017 – Washington – Agencias.
Está siendo una muy mala semana para Wilbur Ross, el secretario de Comercio de Estados Unidos. Primero se supo que tiene negocios con el entorno del chavismo y del presidente ruso, Vladímir Putin, gracias a las filtraciones fiscales de los llamados Papeles del Paraíso. Y ahora se ha revelado que mintió a la revista Forbes sobre su fortuna, lo que ha llevado a la publicación a sacarlo de su lista de las 400 personas más ricas de Estados Unidos en la que llevaba 13 años. Un desaire público que pone en entredicho la ética de un miembro clave del Gobierno de Donald Trump.
Ross, de 79 años, hizo su fortuna como especialista en reestructuración de empresas en bancarrota, entre ellas un proyecto inmobiliario de Trump en 1990. El año pasado, Forbes cifró su fortuna en 2.900 millones de dólares netos. Ross se quejó de que la cifra era errónea y sostuvo que se aproximaba a los 3.700 millones. La revista abrió una investigación y descubrió que, en la documentación financiera que tuvo que difundir tras ser nominado como secretario de Comercio, Ross tenía activos por un valor inferior a los 700 millones de dólares.
Es decir, había una diferencia de unos 2.200 millones entre el último cálculo de la revista y lo que Ross había revelado al entrar en el Gobierno de Trump. Forbes le comunicó la divergencia y la intención de retirarlo de su lista. Ross, según la publicación, protestó y alegó que los activos los había transferido a un fondo entre las elecciones presidenciales de noviembre de 2016 y su nominación poco después como responsable de Comercio.
Sin embargo, cuando se le pidieron pruebas esgrimió que no podía ofrecerlas por “motivos de privacidad”. Y tras un mes de indagación, Forbes ha llegado a una conclusión nítida: “Ese dinero nunca existió”.
La revista ha admitido haber cometido un error cuando calculó la fortuna de Ross en 2004, lo que también cuestiona la credibilidad de su prestigiosa clasificación. Entonces estimó que el empresario manejaba 1.000 millones de dólares, lo que le permitió acceder por primera vez a la ansiada lista Forbes 400 de los más ricos en EE UU.
Ross había hechos varios negocios en el sector del acero y su fondo gestionaba acciones por valor de 1.000 millones de dólares, pero la clave es que esos títulos no eran de su propiedad sino de varios inversores. En realidad, la fortuna de Ross se acercaba más a los 250 millones de dólares pero él tampoco hizo ningún esfuerzo ante Forbes por clarificar esas cifras. Tampoco lo hizo en los años siguientes cuando las estimaciones fueron aumentando erróneamente hasta que finalmente el bulo se ha destapado.