9 de diciembre de 2024 – Puerto Príncipe – EFE.
El Gobierno haitiano y las Naciones Unidas expresaron su indignación por el asesinato de más de 180 personas en Haití, la mayoría de ellas ancianos. Este crimen tuvo lugar en el sector de Wharf Jérémie, en el barrio de Cité Soleil, en el centro de Puerto Príncipe, durante el fin de semana pasado. Las víctimas fueron asesinadas por la banda de Wa Mikano, liderada por Micanor Altès, conocido como Rey Mikano.
El primer ministro haitiano, Alix Didier Fils-Aimé, condenó de manera enérgica la masacre, calificándola de “despreciable”. En su declaración, expresó que más de un centenar de hombres y mujeres, principalmente ancianos indefensos, fueron brutalmente atacados con cuchillos y machetes. Este acto de violencia ha dejado consternada a la nación y a la comunidad internacional.
El Gobierno haitiano ha asegurado que movilizará todas sus fuerzas para perseguir y destruir a los responsables de este crimen. Asimismo, expresó sus condolencias a las familias de las víctimas, quienes aún intentan asimilar la magnitud de lo sucedido. Además, se ha revelado que el asesinato de estas personas pudo estar relacionado con un ritual vudú.
Según algunas fuentes locales, el líder de la banda, Rey Mikano, habría realizado sacrificios humanos tras un incidente con su hijo, quien murió el 8 de diciembre. Se cree que este sacrificio fue parte de una práctica mística en la que el jefe de la banda buscaba protección espiritual, ya que el hijo habría sido víctima de brujerías.
El miedo ha invadido la zona, especialmente entre las familias que tienen ancianos en sus hogares. Los testimonios aseguran que los asesinatos no fueron cometidos con armas de fuego, sino con cuchillos y machetes, lo que añade una capa de crueldad al ataque. La situación sigue siendo tensa, con muchos optando por quedarse en sus casas para evitar ser víctimas de la violencia.
En cuanto a la motivación detrás de la masacre, se ha señalado que el líder de la banda consultó a un sacerdote vudú debido a la enfermedad de su hijo, quien posteriormente falleció. El sacerdote le indicó que los ancianos habían lanzado maleficios sobre su hijo, lo que llevó a Mikano a tomar la decisión de ejecutar el sacrificio humano.
El Gobierno de Haití ha calificado este crimen como un ataque directo a la humanidad y al orden republicano, y ha prometido actuar con firmeza para garantizar que los responsables enfrenten la justicia. Se ha confirmado que el Estado desplegará su maquinaria represiva para capturar y juzgar a los culpables de la masacre.
La ONU también ha condenado enérgicamente la violencia de las bandas en Haití, destacando la muerte de al menos 184 personas, entre ellas 127 ancianos. António Guterres, el secretario general de la ONU, expresó sus condolencias y solicitó a las autoridades haitianas que realicen una investigación exhaustiva sobre el crimen.
Además, la ONU ha instado a la comunidad internacional a proporcionar más apoyo a la policía haitiana, en términos de seguridad, financiero y logístico, para ayudar a enfrentar la creciente violencia en el país. También ha pedido un impulso en los esfuerzos por avanzar en la transición política de Haití.
A pesar de las condenas, no ha habido ninguna declaración pública de parte del Consejo Presidencial de Transición, la Policía Nacional Haitiana o la Fuerza Multinacional de Apoyo a la Seguridad sobre esta masacre en particular. La falta de respuesta oficial deja en evidencia la grave situación de inseguridad que persiste en el país.
La situación en Cité Soleil, un asentamiento de chabolas controlado por grupos armados, ha sido devastadora durante décadas. Los residentes viven en condiciones precarias, sin acceso a servicios básicos como agua potable, electricidad o seguridad. Esto ha agravado la vulnerabilidad de la población frente a las bandas criminales.
En su informe, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, señaló que el número de muertes en Haití debido a la violencia asciende a más de 5.000 en lo que va del año. Esta masacre es solo uno de los muchos episodios de violencia que han marcado el 2024 en el país.
Este incidente resalta la grave crisis humanitaria y de seguridad que afecta a Haití, donde las bandas armadas siguen ejerciendo control sobre grandes zonas urbanas. La comunidad internacional sigue observando la situación, esperando que se tomen medidas efectivas para restaurar el orden y proteger a la población civil.