13 de agosto de 2021 – Washington – EFE.
El gobierno del presidente Joe Biden, que lidia con otra ola de migración indocumentada, podría concluir en septiembre el período fiscal 2021 con cifras sin precedentes de migrantes, y en especial de menores de edad, detenidos tras haber cruzado la frontera sur viajando solos.
El Departamento de Salud (HHS, en inglés) informó que hasta el 12 de agosto tenía bajo su custodia a 16.492 menores de edad en tanto que otros 1.042 estaban, todavía, detenidos a cargo de la Patrulla Fronteriza (CBP).
En julio, la Patrulla Fronteriza detuvo a 18.962 menores no acompañados por adultos, un incremento del 24,5 % sobre el mes anterior, y en lo que va del año fiscal ha detenido 113.791 niños migrantes, una cifra sin precedentes.
Mientras que el gobierno del ex presidente Donald Trump aplicó desde 2018 una política de expulsión inmediata de los migrantes indocumentados, el del presidente Joe Biden inició una excepción para los menores no acompañados.
Como resultado la cifra de menores detenidos en la frontera saltó de 9.404 en febrero a 18.873 en marzo, bajó a 17.069 en abril y 14.059 en mayo, pero volvió a subir a 15.234 en junio y llegó a la cifra sin precedentes de casi 19.000 en julio.
Este arribo de niños migrantes va a la par con un aumento en la cifra de todos los migrantes detenidos por la Patrulla Fronteriza, incluidos adultos solos y grupos familiares, que en julio llegó a la cifra, también sin precedentes de 212.672, un incremento del 12,6 % sobre el mes anterior.
Según el Acuerdo Flores los menores no deben permanecer bajo custodia de CBP, que depende del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), por más de 72 horas y deben de ser transferidos a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), una dependencia de HHS.
ORR aloja a los menores en diferentes partes del país, a la espera de que se localicen familiares o patrocinadores que los tomen a su cuidado.
El cambio de política en relación con los menores de edad creó una crisis por el hacinamiento de menores en dependencias de la Patrulla Fronteriza, a veces por más tiempo que el permitido por el Acuerdo Flores, y la dificultad para transferirlos a albergues licenciados por DHS en diferentes estados.
El tema promete agudizarse en Texas, donde el gobernador Greg Abbott firmó una orden a finales en junio para retirar a finales de agosto las licencias a los albergues contratados por el Gobierno Biden para alojar niños migrantes en ese estado.