16 de agosto de 2017 – México – Agencias.
Una nueva especie de perezoso gigante ha sido descubierta en un cenote de Quintana Roo, en la península de Yucatán, al sur de México. El hallazgo se produjo en 2010, pero fue apenas en mayo pasado cuando se confirmó que los restos pertenecieron a un animal desconocido hasta ese momento, ha informado el Instituto Nacional de Antropología (INAH) en un comunicado. El nombre científico que se le ha asignado al perezoso es Xibalbaonyx oviceps, en referencia al Xibalba (la palabra maya para inframundo), onyx (garras, en griego) y a su cráneo en forma de huevo (ovum, en griego). Se calcula que los restos datan del pleistoceno tardío, entre 10647 y 10305 antes de Cristo.
El perezoso gigante fue descubierto en 2010 por el explorador de cuevas Vicente Fito, en el cenote Zapote, cerca del municipio de Puerto Morelos, una zona conocida por la abundancia de cuerpos de agua sin profundidad y conectados directamente al manto acuífero. Fue hasta 2014 que arqueólogos del INAH extrajeron el cráneo, la mandíbula, tres huesos largos, tres costillas y siete garras de la osamenta para estudiarla.
El proceso de estudio fue sumamente largo y complejo. Los investigadores sustituyeron gradualmente el agua del cenote, en la que yacían los restos, por agua destilada y después deshidrataron los huesos para evaluarlos. El procedimiento tomó alrededor de dos años y se realizó en cámaras con condiciones controladas de humedad, luz y temperatura. El resto del esqueleto, que se encuentra casi completo, permanece a 50 metros de profundidad dentro del cenote y el estudio continuará en 2018, ha detallado el INAH.
El perezoso fue apodado “Pote”, en referencia al sitio donde fue encontrado, y también forma parte de un género animal único. Se cree que el animal cayó en el cenote cuando estaba seco. Las rutas de los perezosos gigantes se han documentado de forma más habitual en Sudamérica, desde donde migraron hacia el Norte y llegaron hace alrededor de nueve millones de años. Gran parte de la información sobre la migración, los hábitats y las relaciones evolutivas de los perezosos aún se desconoce.
El proceso de rescate y estudio de los restos óseos de “Pote” estuvo a cargo de Carmen Rojas y participaron también Corina Solí, las biólogas Valentina Cucciara y Luz María Guzmán, y los espeleobuzos Vicenzo Biroli, Ernesto Contreras, David Orozco y Mario A. Chávez. La descripción del nuevo animal se publicó primero en la revista alemana PalZ Paläontologische Zeitschrift.