La compañía cree que este es el primer paso para el despegue de esta tecnología más allá de los laboratorios
10 de enero de 2019 – Las Vegas – Agencias.
Si se le pregunta a Bob Wisneiff cuántas personas trabajan en la división de computación cuántica de IBM responde con la broma que le hacen muchos compañeros de otras divisiones: 366.000. La razón es que a todos los trabajadores de IBM les gusta decir a sus amigos y vecinos que trabajan en el futuro de la informática, en la tecnología que la compañía lleva explorando desde los años ochenta sin que aún se hayan visto resultados tangibles a escala comercial. Al menos, hasta ahora.
IBM ha anunciado en CES (la feria de tecnología de consumo más importante del mundo, que se celebra esta semana en Las Vegas) el primer ordenador cuántico para uso comercial, Q System One, del que Wisneiff es su principal responsable técnico. IBM describe su máquina como “el primer sistema de computación cuántica universal diseñado para el uso científico y comercial”. La máquina, de 20 cubits (bits cuánticos), ha sido diseñada para impresionar. Está metida en una urna de cristal que absorbe el sonido y las vibraciones, y mantiene la temperatura estable, ya que los chips cuánticos son extremadamente delicados. El diseño ha sido realizado por la famosa compañía de diseño industrial Map Project Office, que le ha dado una imagen entre vintage (es, claramente, un ordenador) y futurista. Sin embargo, y aunque la compañía hable del uso comercial del Q System One, a esta tecnología aún le queda mucho para ser utilizada fuera del circuito de la investigación científica.
La informática cuántica es distinta de la informática clásica; no usa bits sino cubits, que es la unidad de información básica. Los bits tradicionales guardan la información como 0 y 1 mientras que la informática cuántica usa un fenómeno conocido como superposición para usar básicamente ambos simultáneamente. De esta forma, el cubit puede ser 1 y 0 al mismo tiempo, por lo que la cantidad de información que puede acumular crece de forma exponencial. Las posibilidades de este tipo de computación son infinitas.
IBM ya trabaja en computación cuántica. Tiene 43 socios (entre ellos, universidades, laboratorios y el centro europeo de investigación nuclear CERN) que realizan diversas investigaciones en la nube, especialmente, según explica Wisneiff, en química cuántica (principalmente, para el estudio de moléculas) y en machine learning o aprendizaje automático. ¿Cuál es, pues, la novedad de Q System One? La compañía dice que esta es la primera vez que logran que la computación cuántica, que aún está en un estado muy experimental, tenga la fiabilidad y el aspecto de un gran ordenador. Además, asegura que esta máquina reduce los tiempos de investigación al reducir, también, los tiempos muertos que se producen cuando el sistema está caído. Tiene también los componentes de un ordenador tradicional, en un sistema aislado necesario para mantener su estabilidad.
“Todavía estamos en un nivel muy teórico, y quedan algunos años para que realmente tengamos sistemas totalmente comerciales”, reconoce Wisneiff. El investigador, que comenzó su carrera como físico y es asesor del Departamento de Defensa de EE UU, cree sin embargo, que este es el primer y definitivo paso en ese camino y que esas máquinas cuánticas comerciales llegarán “en unos tres o cinco años”. El próximo paso es trabajar con los socios que ya usan los sistemas de IBM, más los que quieran unirse, en “aprender todo lo que aún necesitamos aprender sobre esta tecnología”, dice.