Una inmigrante sin papeles accede a un cargo estatal de apoyo a estudiantes desfavorecidos
16 de marzo de 2018 – Agencias.
La nota de prensa que anunciaba el nombramiento empezaba por lo importante, el contexto: “Un día después de que el presidente Trump viniera a California para ver los prototipos de su muro fronterizo, el Senado estatal ha hecho historia seleccionando a la primera residente indocumentada para un cargo estatal”. Es la última respuesta del Estado de California al presidente Donald Trump, justo al día siguiente de una tormentosa visita en la que no se reunió con un solo líder del Estado, ni siquiera republicano.
Se llama Lizbeth Mateo, tiene 33 años, es inmigrante de Oaxaca. Llegó a EE UU con 14 años sin saber inglés; lo aprendió en el instituto. Se licenció en la Universidad Estatal de California. En 2016, obtuvo un doctorado en Leyes, pasó el examen del colegio de abogados de California y montó su propio despacho especializado en ayudar a inmigrantes indocumentados. Mateo lo es.
Su historia refleja todas las contradicciones del sistema de inmigración de Estados Unidos, que no ha hecho una reforma migratoria desde hace más de tres décadas y ha llegado a acumular más de 11 millones de personas indocumentadas que viven, estudian, trabajan, pagan impuestos y crían hijos norteamericanos, al mismo tiempo que pueden ser detenidas y deportadas en cualquier momento. Literalmente, por saltarse un semáforo en rojo.
El presidente del Senado de California, Kevin de León, furibundo opositor a Trump y notorio líder de la resistencia en asuntos de inmigración en el Estado, anunció el miércoles que Mateo es la primera inmigrante sin papeles (nadie ha logrado encontrar un precedente) nombrada para un cargo público estatal. Es un puesto no remunerado en un comité asesor de ayudas económicas para estudiantes desfavorecidos. Para De León, Mateo “personifica los valores de California y el sueño americano”.
Según el Gobierno de Trump, los inmigrantes indocumentados son una amenaza. Se estima que en las universidades de California hay 72.300 estudiantes sin papeles. Mateo dice que utilizará su puesto para darles visibilidad.