21 de noviembre de 2024 – Tapachula (Chiapas) – EFE.
Este jueves, los miembros de la caravana migrante en Chiapas, sur de México, denunciaron que las autoridades bloquearon su acceso al municipio de Huixtla, donde planeaban descansar. Los migrantes pidieron la intervención del gobierno de Claudia Sheinbaum para evitar la violación de sus derechos humanos.
Desde la mañana, se montó un retén por parte de autoridades locales, migración y la Guardia Nacional en la entrada de Huixtla, con el objetivo de desviar a los migrantes hacia la autopista. Sin embargo, la caravana intentó ingresar por la fuerza al municipio, pero las autoridades bloquearon su acceso al domo donde planeaban descansar.
Debido a esta situación, los migrantes tuvieron que continuar su viaje hacia la aduana de Huixtla, situada a unos siete kilómetros del lugar. Este contingente había partido esa mañana desde Huehuetán, con la intención de llegar a la Ciudad de México y continuar hacia la frontera norte antes de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de EE. UU. en enero.
Douglas Bryan Velázquez, vocero y representante de la caravana, explicó que las organizaciones sociales tenían todo dispuesto para que los migrantes descansaran en el domo de Huixtla tras haber caminado varias horas. Velázquez denunció que sus derechos estaban siendo vulnerados y pidió apoyo a organismos internacionales de derechos humanos.
Por su parte, el hondureño Alex Daniel solicitó al gobierno de Sheinbaum que se les garantice el derecho al libre tránsito, ya que su seguridad e integridad se encontraban en peligro. Relató su experiencia personal, donde fue detenido por migración y pasó tres días en la estación migratoria Siglo 21.
Ana Amador, una migrante venezolana que lleva dos meses en Tapachula, señaló que intentarán llegar a Estados Unidos a toda costa y criticó el trato que han recibido en México, calificándolo como inhumano. Dijo que se les ha tratado “como animales” durante su paso por el país.
El migrante venezolano Andrés Darío Cabrera expresó su desesperación por la situación en su país, debido a la reelección de Nicolás Maduro, y pidió clemencia al presidente electo de EE. UU., Donald Trump. Cabrera, visiblemente agotado, solicitó que Trump les permitiera ingresar a Estados Unidos para buscar un futuro mejor.
Mientras tanto, los migrantes decidieron detenerse en la aduana de Huixtla para descansar y continuar su camino por la tarde o noche hacia el municipio de Villa Comaltitlán o Escuintla. La caravana sigue su marcha a pesar de los obstáculos impuestos por las autoridades mexicanas.
Los migrantes han expresado constantemente la necesidad de un trato digno y respetuoso, exigiendo que se les permita seguir su camino sin ser detenidos ni hostigados por las fuerzas del orden. La situación refleja la creciente tensión en su intento por llegar a la frontera norte de México.
Las denuncias de abuso por parte de las autoridades migratorias y el trato desigual en comparación con los migrantes de otras nacionalidades siguen siendo una constante durante su travesía. A medida que se acercan a la frontera de Estados Unidos, la caravana continúa enfrentando desafíos tanto internos como externos.
La caravana migrante sigue buscando apoyo internacional y presión sobre el gobierno mexicano para que se respeten sus derechos humanos y se les permita avanzar hacia su destino final sin ser detenidos o maltratados.