Washington pide a Canadá la extradición de la hija del fundador de la compañía china, investigada por vulnerar las sanciones a Irán. Pekín exige que sea liberada
6 de diciembre de 2018 – Pekín / Washington – Agencias.
La detención en Canadá de Meng Wanzhou, vicepresidenta y posible heredera de la multinacional de tecnología china Huawei, ha añadido este jueves tensiones a las difíciles relaciones entre Estados Unidos y Pekín, que acaban de sellar una tregua en su guerra comercial. Washington acusa a la compañía de saltarse las sanciones contra Irán, mientras Pekín exige su liberación. El caso ejemplifica como pocos el verdadero terreno en el que se desarrolla la disputa entre las dos superpotencias: la lucha por el control del desarrollo tecnológico global en los próximos años.
Canadá anunció el miércoles la detención en Vancouver de Meng Wanzhou, directora financiera de la marca china de tecnología Huawei e hija del fundador de la compañía, el pasado 1 de diciembre por violar presuntamente las sanciones de Estados Unidos sobre Irán, informa Jaime Porras. Su arresto ha sido criticado por el Gobierno chino, que ha exigido este jueves su liberación, y amenaza la reciente tregua comercial entre Estados Unidos y China, aunque Pekín ha tratado de separar ambos asuntos.
Washington ya ha solicitado la extradición de Meng, pero los detalles del caso se mantienen bajo secreto por orden judicial. El diario canadiense The Globe and Mail, que adelantó la noticia, asegura que el arresto está ligado a una supuesta violación de las sanciones contra Teherán. Al parecer, Huawei pudo enviar productos elaborados en suelo estadounidense a Irán, rompiendo con ello las normas del embargo contra Teherán. En abril, The Wall Street Journal ya informó de que el Departamento de Justicia norteamericano había abierto una investigación sobre este asunto.
La detención se produjo el mismo día en que Trump y el presidente chino, Xi Jinping, cenaban en Buenos Aires en el marco de la cumbre del G20 y acordaban una tregua comercial hasta el próximo 1 de marzo. La Casa Blanca no ha aclarado este jueves si el presidente Trump estaba informado de la detención durante la cena con su homólogo chino. En una entrevista horas después, el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, ha dicho que él sabía con antelación que la ejecutiva iba a ser detenida, pero que desconocía si Trump lo sabía. “Yo lo sabía con antelación. Esto es algo que recibimos del Departamento de Justicia”, ha asegurado, según la NPR, la radio nacional pública.
El riesgo de que el arresto de Meng Wanzhou complique la guerra comercial de China y Estados Unidos, tras las señales de que esta iba camino de reconducirse, ha provocado caídas en los mercados internacionales. Las acciones en Wall Street perdieron más de un 3% el martes, y las bajadas continuaron en la apertura de este jueves. El miércoles los mercados permanecieron cerrados por el luto oficial decretado por el funeral del expresidente George H. W. Bush.
La protección de la industria tecnológica nacional es una prioridad de la Administración de Trump. Washington ha expresado en el pasado sus reservas a la utilización de productos de Huawei por miembros del Gobierno, alegando el riesgo de espionaje, por los supuestos vínculos entre la compañía y las autoridades de Pekín. Esas invocaciones a la seguridad nacional han frenado el desarrollo de la marca en Estados Unidos.
Huawei se convirtió recientemente en el segundo mayor fabricante del mundo de teléfonos inteligentes, desbancando a Apple y solo por detrás de la surcoreana Samsung. En reiteradas ocasiones la empresa ha negado cualquier implicación del régimen en sus operaciones, pero una nueva ley china que exige a sus empresas nacionales a acudir en ayuda de su Gobierno si así se lo exige Pekín pone en cuestión esa independencia.
La firma china publicó este jueves un comunicado en el que sostiene que Meng Wanzhou fue detenida cuando hacía escala en el aeropuerto de Vancouver. “La compañía ha recibido muy poca información sobre los cargos [contra la directiva] y no tiene conocimiento de ninguna infracción por parte de la señora Meng. Huawei confía en que los sistemas legales de Canadá y Estados Unidos finalmente lleguen a una conclusión justa”.
La Embajada china en Ottawa ha publicado en su página web una nota, solicitando que las autoridades canadienses y estadounidenses corrijan cualquier irregularidad en la detención y liberen a Meng. “Seguiremos de cerca el desarrollo de este problema y tomaremos todas las medidas necesarias para proteger los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos chinos”, añade el mensaje.
Desde Pekín, sin embargo, intentaban bajar las revoluciones del enfrentamiento para que el arresto no haga descarrilar las negociaciones comerciales, tras el pacto alcanzado en Buenos Aires por Trump y Xi. “Los equipos negociadores de China y EE UU mantienen una comunicación fluida y una buena cooperación. Confiamos en alcanzar un acuerdo en los próximos 90 días”, ha declarado el portavoz del Ministerio de Comercio Gao Feng.
Similitudes con ZTE
A falta de conocer los cargos que han motivado su arresto, el caso parece similar al de la tecnológica china ZTE, que también fue objeto de una investigación en Estados Unidos por haber vendido tecnología a Irán y Corea del Norte. El Departamento de Comercio incluso llegó a prohibir a esta empresa comprar componentes fabricados en Estados Unidos, lo que puso a la compañía en serios aprietos. Finalmente, tras la orden de Trump y con el objetivo de allanar las negociaciones comerciales con China, se alcanzó un acuerdo que levantó ese veto.
La investigación sobre Huawei, en la que ha intervenido directamente el Departamento de Justicia, podría ser más grave no solamente porque nadie fue arrestado en el caso de ZTE, sino también por el enorme peso y nombre de la mujer actualmente bajo custodia en Canadá.
Huawei y ZTE son las dos empresas que registraron más patentes en el año 2017 a nivel global, según datos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. En 2017, Huawei tuvo ganancias netas por cerca de 7.300 millones de dólares (unos 6.400 millones de euros).
Las autoridades judiciales debían decidir este jueves si Meng recuperaba su libertad bajo fianza o si aguarda el desarrollo del proceso judicial en prisión. La propia detenida expresó a las autoridades canadienses su deseo de que no se informara a la opinión pública sobre su caso.